El debate de los dispositivos encriptados se reaviva. Tras el tiroteo en una base militar de Pensacola, Florida, el FBI pidió a la compañía Apple que desbloqueara dos teléfonos iPhone.
Los lineamientos sobre el cifrado todavía no llegan a un acuerdo mutuo. El FBI continúa investigando el tiroteo en la base naval en Pensacola, Florida, llevado a cabo —según apuntan las investigaciones de Estados Unidos— por el teniente segundo Mohammed Saeed Alshamrani de la Fuerza Aérea Real de Arabia Saudita.
Frente al descubrimiento de dos iPhones que pertenecían al autor del ataque, la agencia gubernamental envió un mensaje a Apple para desbloquearlos. El asesor general del FBI, Dana Boente, comunicó en una carta a Apple que los agentes federales no podían acceder a los celulares porque estaban encriptados y el propietario está muerto, según informa The New York Times.
Sobre ello, el FBI cuenta con una orden de allanamiento y busca que la compañía de tecnología puede colaborar con la investigación. En el 2014, Apple incorporó el cifrado en el iPhone, por lo que solo se pueden desbloquear con la contraseña que fue otorgada junto al dispositivo, y que incluso, Apple no puede pasar por alto la medida de seguridad.
No obstante, las autoridades policiales consideran que esto ha permitido que los que infringen la ley puedan ganar un refugio seguro. Mediante un comunicado, Apple aseguró que entregó toda la información relacionada con el caso Pensacola, cuando el FBI la solicitó hace un mes. "Continuaremos apoyándolos con los datos que tenemos disponibles", dijo la compañía.
LA PUERTA TRASERA
La empresa estadounidense está de acuerdo con brindar la información almacenada en sus servidores (por ejemplo, los datos iCloud), pero siempre ha asegurado no tener acceso al material que se encuentra en un iPhone bloqueado y encriptado.
Asimismo, el FBI se comunicó con otras agencias gubernamentales y sus aliados de seguridad nacional para verificar si tenían alguna forma de acceder a los teléfonos, pero no fue posible. Por otro lado, un portavoz indicó que no pedía a Apple compartir la creación de una puerta trasera en la encriptación, sino los datos que se encuentran en ambos teléfonos.
Sin embargo, en veces anteriores la compañía de tecnología ha alegado que para obtener dicha información de un dispositivo encriptado sería necesario construir una puerta trasera. Por lo tanto, dicha acción marcaría un precedente ante la privacidad y seguridad de los usuarios.
ANTECEDENTES
Esta no es la primera vez que ocurre una disputa por el encriptado entre Apple y el FBI. En el 2016, ocurrió una situación similar debido al caso de un hombre armado que, junto a su esposa, mató a 14 personas en San Bernardino, California. Tal como en el tiroteo de Pensacola, el propietario murió, pero —en esta investigación— se presentó una autorización judicial para acceder al teléfono.
La carta del FBI por el caso Pensacola podría ser el primer escalón para obtener la misma orden, ya que un juez de Estados Unidos necesita ser testigo de que la compañía se niega desbloquear los celulares iPhone. En ese entonces, Tim Cook, director ejecutivo de Apple, respondió en una carta.
“El gobierno sugiere que esta herramienta solo se pueda usar una vez, en un solo teléfono", refirió. “Pero eso simplemente no es cierto. Una vez creada, la técnica podría usarse una y otra vez, en cualquier cantidad de dispositivos”.
Finalmente, la disputa por el caso de San Bernardino pudo resolverse después de que el FBI encontrara una compañía privada que pueda eludir el cifrado de iPhone. Desde entonces, Apple ha procurado trabajar en una encriptación aún más compleja, agotando las opciones de las autoridades policiales.
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