Los planes para establecer al tercer fabricante de autos más grande del mundo no se concretaron.
Honda y Nissan anunciaron este jueves el abandono definitivo de su ambicioso proyecto de fusión, apenas dos meses después de haber iniciado las negociaciones que pretendían crear el tercer fabricante de automóviles más grande del mundo.
La cancelación del acuerdo, que había generado grandes expectativas en la industria automotriz global, se produjo debido a diferencias irreconciliables sobre la estructura de control de la nueva compañía.
El punto de quiebre surgió cuando Honda propuso modificar el plan original de crear una sociedad holding conjunta, sugiriendo en su lugar convertir a Nissan en una filial bajo su control. Esta propuesta fue rechazada tajantemente por Nissan, cuyo CEO Makoto Uchida expresó dudas sobre la preservación de la autonomía de la empresa bajo ese esquema.
"Es muy lamentable que ambas empresas no hayan logrado llegar a un acuerdo", declaró en una rueda de prensa el presidente ejecutivo de Honda, Toshihiro Mibe, quien justificó la propuesta de control argumentando que la estructura de holding inicialmente planteada podría ralentizar la toma de decisiones en un mercado cada vez más volátil.
Una industria en medio de una gran transformación
La fallida fusión refleja las tensiones y desafíos que enfrenta la industria automotriz japonesa en su transición hacia la movilidad eléctrica. El acuerdo buscaba crear sinergias para competir con Tesla y las emergentes marcas chinas como BYD, que han tomado la delantera en el mercado de vehículos eléctricos. La colaboración pretendía también distribuir los crecientes costos de desarrollo de nuevas tecnologías y software.
La situación financiera dispar de ambas compañías pudo haber influido en el desenlace. Mientras Honda reportó un beneficio neto de 805,300 millones de yenes (5,200 millones de dólares) en los últimos nueve meses, Nissan proyecta pérdidas netas de 80,000 millones de yenes (518 millones de dólares) para el año fiscal que termina en marzo, un contraste dramático con los beneficios de 426,600 millones de yenes del ejercicio anterior.
A pesar del fracaso de la fusión, ambas empresas han confirmado que mantendrán una alianza estratégica enfocada en vehículos eléctricos e inteligentes, que incluirá también a Mitsubishi Motors, actual socio de Nissan. Esta colaboración más limitada busca maximizar el valor corporativo de ambas compañías sin comprometer su independencia.
El colapso de las negociaciones abre nuevos interrogantes sobre el futuro de Nissan, que recientemente anunció el recorte de 9,000 empleos a nivel mundial y una reducción del 20% en su capacidad de producción global. Analistas del sector sugieren que esta situación podría intensificar el interés del gigante tecnológico taiwanés Foxconn por adquirir una participación en Nissan, aunque su presidente Young Liu ha enfatizado que buscan "cooperación" y no una adquisición, reporta Kyodo News.
Las empresas han asegurado que la cancelación de las negociaciones no tendrá impacto en sus ingresos actuales. Honda incluso ha revisado al alza sus proyecciones de ventas para el año fiscal, esperando alcanzar 21.6 billones de yenes, mientras mantiene sus previsiones de beneficio operativo y ganancias netas.
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