Ante la salida del Redmi Note 10 Pro, NIUSGEEK te cuenta si vale la pena esta versión Note 9 Pro de Xiaomi, que retoma la colaboración con Qualcomm y añade varias sorpresas.
Si hay un nombre que se está convirtiendo en punto de referencia dentro de la gama media, ese es Xiaomi. La firma china sigue demostrando que es el segmento que mejor conoce y que, pese a las poderosas marcas contra las que compite, sabe ganarse el sitio con la valiosa fórmula “calidad/precio”. Este 2021, la valla de la línea Redmi se acomoda aún más alta, y NIUSGEEK quiere contarte si el Redmi Note 9 Pro puede dar la talla frente a nuevos modelos.
Antes de compartir la experiencia de uso, repasamos las especificaciones:
Gran agarre y todo al alcance
Cuando usaba el Redmi Note 8 Pro, siempre tenía el problema de poner el dedo sobre las cámaras cuando quería desbloquear el equipo. Eso ya es historia antigua. Estamos ante una reconfiguración simple de los componentes en este Redmi Note 9 Pro, que manda al sensor de huellas al botón lateral de bloqueo, bajo los controles de volumen.
El módulo de cámara ahora es cuadrado y más cercano al borde superior del equipo, dejando una pequeña protuberancia que el case de gel – incluido en el empaque, por cierto - corrige inmediatamente. Arriba mantenemos el emisor IR, mientras que abajo tenemos el ingreso para audífonos junto al puerto USB-C y el solitario speaker.
Frente al modelo anterior, tenemos bordes menos redondeados y un poco más opacos y ásperos – se agradece para el agarre -, los que contrastan con la tapa trasera a dos texturas que resalta en este tono verde más brillante que el Mi Note 10 que reseñamos. Realmente, Xiaomi se ha lucido con el diseño de este equipo.
Si hay algo que debo criticar es la joroba de la cámara, que fácilmente acumula polvo en las esquinas y que desespera cualquier trastorno obsesivo compulsivo. Y siempre camina con tu paño limpiador para esas huellas.
Un upgrade en pantalla
Es un panel más consistente en detalle si lo comparamos con el del 8, y ahora la gama de colores mejora. Frente a la competencia, sin embargo, si hay algunos pasos atrás cuando hablamos de un A71 o A51 de Samsung con tecnología AMOLED.
Este IPS mejora también la respuesta táctil y el detalle en reproducción de videos, aunque por momentos se notan ciertos tonos lavados y un contraste inferior cuando llegamos a un ángulo de visualización de 170 grados.
Por suerte ya no tenemos el notch del modelo anterior, pero ahora estamos ante un punch hole en pantalla, que empuja un poco más que el borde inferior el contenido multimedia en Netflix y YouTube. No es la primera vez que hablamos de una experiencia asimétrica de visualización, y el punch hole sigue siendo un problema para varias marcas en ese punto.
Por otro lado, la experiencia de escritura es bastante buena, pero casi siempre golpeaba el borde inferior de casualidad y terminaba cerrando apps. No digo que ocurra en todos los equipos, pero te advierto que es algo que podría pasar si sueles pegar los pulgares mucho a la parte baja de la pantalla cuando escribes. Cambiar de tamaño el teclado ayuda en una pantalla así de grande.
MIUI 11 y Google de compañía
Nos encontramos con Android 10 de caja bajo la experiencia MIUI 11, la popular capa de personalización de Xiaomi. Nada más que comentar sobre una interfaz que hemos mencionado ampliamente en otras reseñas y que es funcional en todo sentido.
Lo bueno es que MIUI 11 ha comenzado a añadir elementos gráficos de MIUI 12 de manera independiente, y estuve usando el launcher POCO en este equipo para mantener la experiencia más fluida. Me parece una combinación muy buena para Xiaomi, y creo que podría optimizar mejor el uso que le des al Redmi Note 9 Pro.
Eso sí. Desde la caja del equipo, Xiaomi te dice que cuenta con acceso a aplicaciones de Google. Es evidente la estrategia, pero resulta curioso el detalle.
Mejorando lo bueno
Este combo de cámaras es muy parecido al que tuvimos el año pasado, tanto por la métrica como por su combinación. El elemento que resalta es el empuje que Xiaomi le da al macro, que llega a 5MP y por fin luce un poco más decente para la experimentación.
Hasta hace poco, las marcas sentían que con 2 MP es suficiente, pero añadir esta nueva resolución al sensor más cercano ayuda a que uno lo tome en cuenta más seguido por el detalle que logran obtener.
Me hizo recordar a la experiencia fotográfica que tuve con el POCO F2 Pro, aunque con menos detalle en el gran angular. De noche, el sensor aun tiene unos pequeños problemas para adaptarse a la luz artificial y sobre expone el cielo. Incluso sin HDR, era frecuente encontrar este asunto.
La cámara delantera anda bien, y mejora un poco lo ofrecido en el modelo anterior, sobre todo en la noche. Lo bueno es que el software ayuda mucho a la toma de fotos con manos libres, y el trabajo del modo retrato es eficiente. Lamentablemente, aun le falta un par de puntos de detalle para destacar.
Para video hay margen para mejora, sobre todo para el ajuste de color en el día y el parpadeo de luces en la noche. En registro de audio anda bien, y capta sin problemas la voz cuando grabamos historias para Instagram, por ejemplo.
Es un buen combo de cámaras, que balancea de manera eficiente sus recursos. Sin embargo, Xiaomi tiene algunas deudas en esta categoría, como la ciencia de color para el salto entre lentes y el manejo de luz en el sensor delantero.
Abran paso a Snapdragon
Era la encrucijada que tuvimos en el Note 8 Pro, cuando vimos que teníamos un procesador Mediatek. Pese a no portarse mal, sí sentíamos un poco de hipos en la multitarea y las actividades más demandantes. Este modelo 9 Pro llega con Snapdragon 720G, y se nota el cambio.
Para empezar, nos apoyamos en 6GB de RAM, permitiendo que el equipo respire sin problemas. Ojo que aquí no tendremos más RAM en el modelo de 128GB de almacenamiento, por lo que ambas unidades deberían portarse igual. El paso entre apps es suave, y estamos ante un rendimiento más que suficiente para la gama.
La parte gráfica va muy bien, sobre todo cuando debe hacer el render 3D de escenarios. Carga muy bien los entornos de juego, y se apoya en el Booster de Xiaomi para no interrumpir la jugabilidad.
No tuve problemas de conexión mediante el wifi o las redes móviles, y en todo momento la estabilidad del sistema ha sido pareja. Pocos hipos en la interfaz, y en todo el tiempo de uso tuve una pantalla congelada. Lo usual en Android.
Respecto a la multimedia, sentí por momentos que el volumen de los audífonos no era tan alto como en otros modelos de la marca. No son particularmente bajos, pero me sorprendió tener una salida de audio no tan sólida como otros modelos. Sin embargo, el tamaño de la pantalla y la resolución ayudan a disfrutar del contenido. Eso sí, la bocina suena super fuerte. Cuidado.
El equipo cuenta con un sistema de desbloqueo por reconocimiento facial, aunque debo decir que la ubicación del sensor de huellas en el botón de bloqueo se me hizo más útil en esta época de COVID-19. Ambas funcionan bien. No rápido. Bien.
Maestros de la carga
Es algo que aprecio de Xiaomi: su capacidad de sorprender con detalles de gama alta en esta categoría de equipos. Tenemos una batería de 5020 mAh y con carga rápida de 30 Watts, que nos dan un promedio de 70 minutos para darle de comer de cero a cien. Tremendo.
Sin embargo, he tenido algunos drenajes raros. A diferencia del POCO F2 Pro, que tiene una gestión energética impecable, este equipo si ha sufrido un poco en uso intenso. He logrado un promedio de 5 a 6 horas de pantalla, cifra dentro del promedio entre los 4000 y 4500 mAh de batería. Seguramente la tecnología IPS es un poco la responsable de estos tiempos, pues es bastante grande y de una resolución alta.
Frente a esto, mi preocupación es menor en estos tiempos. La demencial carga rápida y el tiempo de uso que le doy al equipo durante el trabajo desde casa han provocado que sea más independiente de la consulta constante.
¿Vale la pena?
Frente al Redmi Note 10 Pro, deberías considerar algunos factores, como el precio de venta de ambos equipos. Si ponemos a los dos dispositivos en el mismo bolo, el Redmi Note 10 lo supera en procesador, cámaras, pantalla y rendimiento. En batería y software se mantienen algo más parejos.
Este Redmi Note 9 pro es un equipo balanceado, con tremendo fuste para aguantar juegos y consumo multimedia, de buena batería y lindo juego de cámaras. Frente a la actual propuesta en el sector, es un rival imbatible. Quizás el otro referente de la categoría sea el A71 de Samsung.
¿Detalles por considerar? La experiencia del sensor de huellas lateral no es para todos, y lo pesado que se puede sentir a la mano. Más allá, es un equipo que se luce y cumple.
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