NIUSGEEK tiene a prueba al Galaxy A80, un smartphone de gama media premium que cuenta con una cámara retráctil motorizada que le permite al usuario tener las mismas cámaras en todo momento.
Le pedimos mucho a la industria, y a veces no calculamos que ya hacen mucho por innovar. Solo pensemos en cuántas variables viables le podemos dar a un pedazo de tecnología rectangular que tiene a todos los ingenieros del mundo móvil en una carrera frenética por un objetivo que cambia cada cierto tiempo.
Entonces ¿hacia dónde gira la industria? ¿Pasa por una satisfacción del usuario, una demostración de poder, o por un camino que la propia carrera establece? Mientras resolvemos eso, NIUSGEEK reseña un teléfono que forma parte de una tendencia en formación, pero que se adelanta en diseño. Tenemos a prueba al Samsung Galaxy A80.
Diseño único con muchas concesiones
Estamos ante un teléfono realmente grande y pesado, pero de finas curvas y muy bonito. En la línea A, este Galaxy es el más esmerado de la saga en términos de diseño. La tapa trasera exhibe el Corning Gorilla Glass 6 que lo protege en un color negro muy elegante, nada de colores.
El terminal reduce el uso de botones y la extensión de ellos sobre el lateral. Al lado derecho de la pantalla tenemos un botón de bloqueo, mientras que al otro lado Samsung acomoda los botones de volumen. Nada de botón para Bixby.
Las concesiones son evidentes cuando nos centramos en el atractivo del A80: la cámara rotatoria y retráctil. Al incluir este mecanismo, parte del borde expone los rieles por los que el sistema se desplaza. Esto no permite una certificación IP.
En el borde inferior, el equipo exhibe un puerto USB-C, la bocina y la bandeja para nano SIM, pero que no permite una ampliación de memoria por microSD.
No es un teléfono perfecto en diseño, pero es muy bonito. Eso sí, resbala como ninguno sin el case que trae en la caja. Por cierto, el acabado de ese accesorio es buenísimo.
Gloria a la pantalla
Me recordó al A70 en extensión, pero la supera en amplitud. Sus 6,7 pulgadas llenan los ojos con tremenda intensidad. Este panel está protegido con Corning Gorilla Glass 3 para evitar rayaduras simples, por lo que puedes andar un poco más tranquilo.
La calidad de color es tremenda, y se lucen en este panel completo. Los bordes son ligeramente anchos, pero se perdona por el efecto inmersivo que logra la pantalla AMOLED. Nada estorba aquí. Incluso el “Always On Display” destaca.
Hay una ligerísima distorsión de color cuando miramos muy del borde, casi a la ridiculez de 179,9 grados. Nada grave ni notorio en uso normal. Al tacto, la pantalla responde sin problemas, pero aun el sensor de huella alojado debajo es más lento que el Mi 9T, por ejemplo.
No tengo quejas de la pantalla en absoluto, y Samsung logra redondear la estética con este glorioso panel.
ONE UI y la cereza encima de todo
Android 9 corre sin problemas en este equipo, y ONE UI se disfruta con una mano sin reparos. Cambié el launcher a Nova – como siempre – y los gestos para llamar la pestaña de notificaciones van sin problemas.
Ya hemos visto ONE UI varias veces, y este equipo es parte de esa homologación inteligente de experiencias con Samsung. El software es una sólida base, y Samsung integra todo el arsenal de “Knox” para establecer un mejor nivel de seguridad en el resguardo de tu contenido.
Extraño el reconocimiento facial, sobre todo con ese sensor de huellas poco veloz.
La manzana de la discordia: la cámara
Aquí es donde tenemos que ir lento y repasar cada condición No estamos ante una cámara cualquiera, y este integrado demanda ir con pausa.
Este setup de lentes se separa de la tapa trasera y gira para ofrecer, en teoría, la misma experiencia en modo selfie y el modo tradicional.
El módulo giratorio incorpora el señor principal de 48MP, un lente gran angular de 8MP y el sensor de profundidad 3D para el video dinámico. Asumo que llevar todo ese hardware provoca que la cámara salga un segundo después de activarla.
La cámara emerge solo para el uso del modo selfie, pues tampoco tiene un sistema de reconocimiento facial para desbloqueo.
Por un lado, el equipo sí permite el hardware en las selfies, y es el sueño de un creador de contenidos. Contar con un sensor de 48MP y uno de profundidad ayuda a que las tomas tengan gran nivel de detalle cuando la usamos de manera tradicional.
Toma unas fotos tremendas y de gran detalle, y es aquí en donde el lente se luce cuando lo usamos de manera tradicional.
La idea, de acuerdo con Samsung, es que tengamos el mejor hardware disponible para nuestras fotos y videos, sin interesar si son selfies o en la parte trasera. Sin embargo, esta promesa se cumple a medias.
El problema está cuando pasamos los lentes al frente, y aquí Samsung no iguala la experiencia. Tener el mismo hardware no sirve de mucho si no podemos usar el mismo software en ambos lados.
Por ejemplo, el lente angular en foto es mucho más amplio en la parte trasera que en la delantera.
El flash LED no se activa, sino que aparece una pantalla luminosa para retratar el rostro con poca luz. Además, el lente no enfoca por zona cuando lo usamos al frente, algo que sí sería útil para creadores de contenido.
A diferencia del disparo “Gran Angular” en video, perdemos este selector al pasar el lente al frente, y solo temeos el modo STEADY, pero es mucho más recortado que el angular tarsero.
El color, incluso, decae un poco. Suelo alabar la ciencia de color que Samsung aplica a sus combos de lentes, pero en este caso, con el mismo hardware, la calidad debería ser la misma en todo momento.
Un integrado como la cámara, que replantea el diseño y se convierte en un poderoso atractivo en todo el equipo, debe ser juzgado en base a la relevancia dentro del concepto. No es solo una cámara, es parte integral de la estrategia. Y creo que es algo que podría mejorarse por software.
La elegancia tiene un tope
No solo es presencia. Este equipo viene empujado por una potencia más que suficiente para cualquier usuario, y sin perder estilo bajo ese chasis. Funciona como supones que funciona un teléfono de 8GB de RAM y una pantalla de ese tamaño.
Las llamadas suenan bien, pero esperaba una mejor calidad en la recepción. El panel completo no deja espacio para una grilla, y debemos poner el oído un poco más abajo del borde, el punto tradicional de pantallas con esta extensión. Eso al inicio puede ser un problema, pero tendrás que acostumbrarte.
La reproducción musical es óptima, y a veces parece que el mismo equipo se usa como ligera caja de resonancia. El sonido parece viajar por toda la tapa trasera y lograr un pequeño “efecto estéreo” para la música. Es simple proyección de sonido, nada más. Pero suena bien.
Para juegos, la pantalla solía tener ligeros problemas de toque, pero nada grave. Algo muy parecido a o que vi en el A70, pero nada preocupante. Hay solo 3 detalles que debo mencionar que, creo, podrían mejorar con el tiempo:
La velocidad del sensor de huellas. En ese caso, la tecnología que usa Samsung para el proceso de desbloqueo con el sensor de huellas bajo pantalla está lejos en velocidad y precisión de lo que ofrece Xiaomi en su Mi 9T o OnePlus en el 7 Pro.
La temperatura del equipo. Por momentos, sobre todo cuando tenia tasas altas de transmisión de datos, el equipo calentaba un poco. Ese calor se hacia sentir, pero no al punto de maldecir a un ente superior. Solo me sorprendió que un equipo de estas credenciales no maneje la disipación e calor como en otros modelos de menos vehemencia en su catálogo, como el A70.
La nula capacidad de ampliar el espacio interno. Si bien 128GB puede ser suficiente para cualquier usuario, siempre es bueno saber que podemos tener la opción de extender la capacidad de nuestro teléfono.
Le faltó cariño a la batería
Sus 3700mAh de autonomía podrán ser suficientes con uso promedio, pero no son la mejor medida para un smartphone de esa potencia y tamaño. Por momentos, sentía que la batería drenaba a una velocidad preocupante al usar Facebook o jugar de manera constante.
En promedio, el equipo llegaba a casa con un 10% de carga luego de desconectarlo a las 6:20 y regresar al enchufe a las 8 de la noche. Nada mal para el promedio, pero la exigencia podría jugarte mal en ocasiones.
¿Vale la pena?
Sí, sin duda. Es un equipo que podría correr solo en una categoría, pero que a veces se tropieza consigo mismo en la cámara. Es un titán para la multimedia, tiene un diseño envidiable y un software realmente optimizado para que el pulgar no sufra.
Da gusto usar el A80 y ver su cámara girar con eficacia. Pero las inconsistencias en el software no me dejan tener aun un equipo realmente balanceado. Espero que el A81 del otro año mejore el sistema, o un update salvador incorpore mis deseos. Igual extrañaré tener esta belleza en el bolsillo.
* Equipo cedido a préstamo por Samsung Perú
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