La inteligencia artificial, las pantallas plegables y la autonomía serán los caminos a explorar el próximo año en el mercado de teléfonos. Las investigaciones y pruebas continúan, y los smartphones van centralizando el avance de la industria móvil.
No falta mucho para el final del 2018, y hemos tenido enormes sorpresas a lo largo del año en telefonía móvil. Ha mejorado la fotografía de noche, se ha integrado el sensor de huellas bajo la pantalla, se han reducido los bordes y hasta hemos mejorado los niveles de carga. Sin embargo, el camino hacia un nuevo estándar sigue explorándose incansablemente. El 2019 debe traernos algunas sorpresas.
Lo “plegable” como nuevo unicornio de la industria
Seguramente es la variante más sonada del año, sobre todo en las marcas más importantes. Samsung es una de esas marcas que va reforzando este nuevo “grial” en construcción, que apunta a una Tablet de pantalla plegable con capacidades de multitarea, y que ocuparía el tamaño de un teléfono al estar doblado. El tan nombrado “Galaxy X” podría ser presentado en el Samsung Developer Conference de noviembre, evento que será cubierto por RPP Noticias.
Ahora, Huawei ha anunciado que ya está en proceso de desarrollo un equipo “plegable” con conectividad 5G y que podríamos verlo en 2019. Este anuncio fue hecho luego del evento del Mate 20 en Londres por el propio CEO Richard Yu, y pone a Huawei en esta carrera. Este dispositivo, aun sin nombre clave, podría llevar un chip propietario de código Balong 5G01, desarrollado para correr sobre redes de quinta generación. Los rumores también apuntan a un Tablet plegable para portarlo como teléfono.
Microsoft también está interesado en esta carrera, y desde hace meses se viene cocinando en Redmond un Surface con las mismas características. De hecho, ya hubo un proyecto de Surface cancelado hace unos años y que no respondía a las altas expectativas que generaba este tipo de tecnologías. Sin embargo, el propio jefe de diseño de producto en Microsoft, Pano Panay, ha referenciado un equipo que use Windows 10, que sea portátil y que pueda doblarse para un mejor transporte. La importancia de esta visión en Microsoft, si tomamos en cuenta los intentos de software previos que han buscado diferenciarse en experiencias de los demás productos, es muy alta y gravitante. No se atreverán a lanzar un producto que no sea diferencial en la industria.
En búsqueda del “todo pantalla”
Este es el otro concepto por perseguir el 2019, junto a lo plegable. Seguramente no estarán en la misma categoría de dispositivo, pero sigue siendo un objetivo que lograr el 2019, Marcas chinas como Oppo y Vivo han tenido espacio para la experimentación, pero ha sido un año en donde el “notch” ha sido el norte que seguir por todas las constructoras… menos por Samsung.
Es aquí en donde nace esta intención de lograr un teléfono que integre todo debajo de la pantalla. Y no me refiero solo al sensor de huellas, que ya lleva el nuevo Mate 20 Pro y llevará el OnePlus 6T o el Mi Mix 3 de Xiaomi. Samsung iría por el todo, según una filtración del Samsung OLED Forum 2018 en China que muestra la estrategia de Samsung para incluir la cámara, el sensor de huellas, el sonido y los controles hápticos debajo de la pantalla.
Si duda, es interesante ver cómo Samsung piensa lograr este resultado sin distorsionar una de sus columnas más valiosas: la propia pantalla. Si Samsung hace concesiones sobre este componente para implementar los otros, habrá quienes tomen ese movimiento como un retroceso, pues el estándar de Samsung ya es muy alto como para reducir la calidad en beneficio de estos integrados. Esta lucha de condiciones será llamativa.
La inteligencia artificial avanza a paso seguro
No es novedad que los teléfonos integren, desde sus entrañas, a la inteligencia artificial. Esta implementación va más allá de un simple proceso de mejora fotográfica, sino que comenzará a adaptarse a los equipos para una mejor gestión. Sin embargo, este 2019 ya deberíamos ver una mayor implementación.
El otro año, el impacto de la inteligencia artificial será mayor en situaciones que involucren realidad aumentada. ARCore y otras bases similares van a estimular la importación de data útil desde la nube, el análisis de información en tiempo real y la adaptación del equipo a situaciones que pueda ver mediante las cámaras. Cuando visites una ciudad, el equipo será capaz de identificar puntos clave, sitios históricos y traducción en tiempo real, todo esto gestionado por la propia inteligencia artificial.
En el caso del rendimiento, el teléfono hoy se está adaptando a nuestras rutinas y optimiza la carga para una mayor autonomía. El otro año podríamos ver la automatización en aplicaciones, corriendo en segundo plano y alimentadas desde una nube computacional con data generada por millones de usuarios. El acceso a información deberá estar adaptado a nuestra rutina y los cambios de último minuto, como reportes de nuestros contactos o información relevante para una comunidad. Aun esta base de inteligencia artificial va desplegándose, pero el camino es la integración de la data para tomar mejores decisiones.
La autonomía, ese camino tan difícil
Aun estamos en una época en donde la gestión energética no se adapta al vértigo que la tecnología empuja. Hoy la sociedad digital propone un estandar de eficiencia, precisión y puntualidad, pero no nos otorga la energía que requerimos para lograr eso. A pesar de esa limitación, estamos viendo soluciones diversas a esta deficiencia natural de la capacidad de una batería. Los estándares de carga van cambiando, y hoy tenemos equipos que pueden cargar hasta un 70% en media hora, como los nuevos Huawei, o superan por mucho la mitad de la carga en ese lapso.
El objetivo, en este caso, apunta al largo plazo: diferentes instituciones científicas vienen buscando un material, o combinación de varios materiales, que permita estas condiciones: rapidez, eficiencia, seguridad y durabilidad. Investigadores de la Universidad inglesa de Surrey, por ejemplo, está apostando por un nanogenerador triboeléctrico, un sistema que recolecta energía generada por el contacto de dos materiales. Es un tema que no verá la luz en mucho tiempo, pero es un camino que responderá muchas dudas sobre el proceso.
¿Qué innovación estará más a la mano? Pues algunas lucen prometedoras. Ya se viene desarrollando un sistema de nanocables de oro que soportan múltiples recargas, y que son protegidas por un gel de electrolitos para evitar que se rompan en el proceso de envío de energía. Otra posibilidad es el uso de baterías de litio en estado sólido, menos volátil y que puede mantener su ritmo de carga en climas extremos. Así como estos sistemas, se están llevando a cabo pruebas con un sustrato de espuma de cobre impresa en 3D y que cuenta con mayor densidad. Hay otro sistema que va probando microsupercapacitores que cargan 50 veces más rápido que otras baterías y que pueden resistir diversos dobleces en su manipulación. El grafeno es la gran apuesta de las constructoras, y ya se están probando combinaciones con otros materiales para usarlos en la industria automotriz. Aún el objetivo está lejos, pero hay varios intentos por lograr una manera eficiente de darle más vida a los dispositivos electrónicos.
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