Autoridades australianas investigan las cuentas bancarias de Annabelle Gibson, una influencer en redes sociales, quien fingió padecer cáncer y usó parte de sus 300 mil dólares de ingresos para comprar criptomonedas.
El mundo de los influencers suele ser indescifrable para muchas personas, pues pocos pueden explicar el camino de estas celebridades digitales para lograr el impacto deseado con cada publicación, y casi partiendo de cero como el promedio de usuarios. Son casos como éstos los que nos sorprenden por el alcance y la confianza que una persona puede generar de manera orgánica.
Investigadores australianos analizan el estado financiero de Annabelle Gibson, conocida en redes como “Belle”, quien fingió tener cáncer de cerebro para ganar la atención de su audiencia y promover en redes sus productos. En 2015, se hizo pública la verdad: amigas de su entorno declararon ante los medios que Gibson mentía acerca de su enfermedad.
A través de las redes, “Belle” creó este cuadro clínico y aseguraba haberse mantenido bien gracias a un proceso de autocuración que incluye, entre otras terapias alternativas promovidas por la misma influencer, una dieta estricta. Parte de esta estrategia consolidó la venta de su libro “The Whole Pantry” (Toda la despensa) y de una aplicación para smartphones promoviendo su método.
Tras esta campaña, logró obtener ingresos por encima de los 440 mil dólares australianos (poco más de 300 mil dólares americanos) que, según la misma Gibson, serían entregadas a distintas caridades, y a un chico con cáncer terminal. Durante las audiencias en la corte, ella confesó haber entregado solo 10 mil dólares australianos (7 mil dólares estadounidenses).
En 2017, fue condenada a pagar una penalidad de AUD$410,000 (285 mil dólares). Luego de la sentencia, el pago nunca fue realizado.
El martes 14 de mayo, se informó a la Corte Federal sobre "aspectos curiosos" de las cuentas bancarias, incluidas las transacciones con cripto-moneda e inversiones a futuro, así como una cuenta de Sportsbet. "(Los documentos) revelan una gran cantidad de transacciones que resultan abrumadoras para ser consideradas como gastos discrecionales", dijo la abogada de Asuntos del Consumidor de Victoria, Elle Nikou Madalin, quien analizó cada transacción, incluyendo ropa, comida, alquiler, penalidades y otras salidas.
La mujer de 27 años sostiene que no puede pagar la multa que se le entregó en septiembre de 2017, pero dice que "absolutamente" tiene la intención de hacerlo apenas pueda.
Comparte esta noticia