El grupo de inversionistas que apoya a Elon Musk para la adquisición de Twitter integra fondos saudíes y chinos.
Elon Musk sigue generando polémicas en torno a la fusión de Twitter con X Holding I y II por 44 mil millones de dólares. Tras conocerse que el empresario ha podido financiar parte de la operación con capitales externos, esta jugada podría generar un escrutinio regulatorio similar al sufrido por TikTok en 2020.
De acuerdo con Reuters, diversos expertos legales señalan que el ingreso de capitales desde Binance, el fondo de riqueza soberana de Qatar y del mismo príncipe saudí Alwaleed Bin Talal podría dar paso a una evaluación del Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos (CFIUS).
El jueves, Elon Musk reveló que 7 mil millones de dólares provenientes de inversión extranjera ayudarán a reducir su inversión personal en la adquisición del 100% de activos de la red social Twitter, anunciada la semana pasada.
"En la medida en que la adquisición de Twitter propuesta por Musk incluya inversión extranjera, muy bien podría caer bajo la jurisdicción de CFIUS", mencionó a Reuters Chris Griner, presidente de la práctica de seguridad nacional del bufete de abogados Stroock & Stroock & Lavan LLP.
TikTok, Twitter y CFIUS
En 2020, el expresidente Donald Trump coordinó con CFIUS la posibilidad de que una empresa estadounidense se haga cargo del portal de videos TikTok, marca administrada por la empresa china Bytedance, en un momento complicado a novel comercial y político entre Estados Unidos y China.
La actual administración del presidente Biden abandonó la iniciativa tras recibir propuestas de Bytedance para adaptar sus productos a los requerimientos estadunidenses y cumplir con la ley.
La presencia de capitales chinos, como los cedidos desde la casa de intercambio de criptomonedas Binance, podría levantar esta alerta. Sin embargo, algunos especialistas señalan que esto podría ser pasado por alto si tomamos en cuenta la cuota de participación de estos inversionistas en el monto final para la compra de Twitter.
Lo que sí podría incrementar el riesgo es la posibilidad de incluir a estos inversionistas extranjeros en el directorio de Twitter o permitirles ejercer cierta influencia sobre la compañía, una condición que sí es competencia de CFIUS.
Musk y China: el otro asunto
Para Elon Musk, China es clave. Si bien Twitter permanece bloqueada desde 2009 en ese país, Tesla depende del poder de manufactura que ofrece el gigante oriental para la construcción de sus vehículos, una dependencia que intentan reducir con dos “giga fábricas” de la firma en Berlín y Texas.
Al ser una plataforma que contiene datos privados de usuarios, CFIUS considera a Twitter como una infraestructura crítica. La preocupación pasa por los tratos comerciales que Elon Musk pueda tener con gobiernos dictatoriales y que, por naturaleza, son represores de la libertad de expresión.
Lo que podría significar un riesgo a largo plazo es la posibilidad de que China aproveche esta dependencia para apalancar algún beneficio o ejercer presiones sobre la plataforma.
“Uno de los elementos que se consideran datos personales confidenciales son las comunicaciones electrónicas no públicas. Eso sería correo electrónico, mensajería o comunicaciones de chat entre usuarios. Twitter le permite hacer eso", señaló a Reuters Richard Sofield, socio de la firma de abogados Vinson & Elkins LLP.
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