Desde la influencia de Las Cleopatras hasta los motivos de su separación, la 'showrunner' Joanna Lombardi explora episodios claves de Los Prisioneros en una serie para Movistar Play.
Durante sus años adolescentes, Joanna Lombardi ya escuchaba a Los Prisioneros. Sonaba, por esos años, éxitos como "Tren al sur", "Estrechez de corazón" y "Corazones rojos", una canción que, según contó la directora y productora a RPP Noticias, por aquel tiempo le parecía a ella y sus amigas de contenido "machista". "No nos dábamos cuenta que era una canción de denuncia", señaló.
"Siempre me sorprende, con el pasar de los años, cómo siguen sonando. Cómo sus letras siguen siendo tan relevantes", sostuvo.
De ese flechazo juvenil que tuvo Lombardi con la banda chilena quedaron algo más que cenizas. Pues el 2019, luego de liderar producciones como "El día de mi suerte" y "Ruido Capital", le tocó hacer de showrunner de "Los Prisioneros", una serie de Movistar Play que se estrenará en el 2022 y explora la biografía de la agrupación durante los años 80.
El proyecto se cocinó antes de que estallasen las protestas estudiantiles en Chile, escenario donde las letras de "El baile de los que sobran" volvieron a sonar a todo volumen. Al ver cómo ese tema volvía a cobrar relevancia, Joanna Lombardi se mostró impresionada. "Y por otro lado sentí: 'van a pensar que nos estamos aprovechando de esto para hacer una serie', y me dio miedo", dijo.
Sin embargo, los cierto es que "Los Prisioneros" llevaba ya seis meses de preparación, en los cuales el equipo evaluaba qué aspectos de la banda contarían, pues ya existían títulos precedentes que abordan la historia del grupo. Decidieron, entonces, centrarse en el periodo formativo del grupo, cuando su música de alto contenido político y social les valió la censura y persecución del régimen militar pinochetista.
Tus anteriores trabajos, como "El día de mi suerte" o "Ruido capital", exploraban el mundo de la música en los terrenos de la ficción. Pero "Los Prisioneros" trabaja con personajes reales. ¿A cuánta documentación recurriste y qué lugar ocupó la invención?
Es verdad que "El día de mi suerte" estaba contada desde un protagonista inventado, pero para escribir la serie igual tuvimos que investigar mucho, no solo a Héctor Lavoe, sino también su viaje a Perú. En "Los Prisioneros", leímos todo lo que había. Hay libros de varios periodistas, también de Claudio [Narea], entrevistas que les han hecho. Sobre todo, porque ellos tuvieron un gran conflicto, en la separación de la banda había muchos puntos de vista. Ahí es que siento una gran historia para contar, esa que no es clara, donde no hay buenos ni malos y había que sumergirse a entender las motivaciones de cada uno y la razón real de que se separaran. Eso, unido al contexto político y social del momento, era muy interesante de contar. Sobre todo, viendo a estas nuevas generaciones cantando sus canciones.
El contacto con Los Prisioneros
Tengo entendido que consiguieron la autorización de Jorge, Claudio y Miguel para filmar la serie. ¿Cómo fue el encuentro con ellos?
Como hay un conflicto entre ellos, no tenía sentido juntarse. Lo que nos interesaba era tener una relación cercana con cada uno para tener todos los detalles. A veces estábamos en pleno rodaje y había una escena en la que Miguel salía a fumar un cigarro. Entonces lo llamábamos para preguntarle si en el año 88 seguía fumando. Más que en los grandes conflictos, el contacto con ellos era en esos detalles que harían que la serie tuviera verdad. Al final es una ficción, porque para construir una serie, obviamente, tienes que ficcionar e imaginarte muchas cosas. Pero sí hemos querido cuidar esos detalles: por ejemplo, el sillón que está en la casa de Jorge, cundo está casado con Jackie, es el mismo. Ahí está la magia.
En el proyecto participan como directores Carlos Moreno y Salvador del Solar. ¿Qué destacarías de sus miradas como un aporte valioso para "Los Prisioneros"?
Los convoqué cuando tenía escritos los guiones. El gran público de Los Prisioneros está en Chile, pero después de ese país están Colombia y Perú. Entonces, tener un director colombiano y otro peruano iba a darle esta fuerza internacional al proyecto. Ambos son súper distintos y fue muy rico el proceso. Carlos ha dirigido muchísimo, entonces tiene mucho oficio audiovisual, todo el rato ve la serie, ve la escena, es muy visual. Y Salvador es un gran director de actores. Fue una combinación increíble. Cada uno dirigió sus capítulos, pero tuvimos la suerte de poder tenerlos siempre juntos. Si era un capítulo de Salvador, igual Carlos estaba ahí. Desde la preproducción estábamos los tres y estaba clarísimo qué teníamos que hacer. Había mucha comunicación.
Los Prisioneros no es solo una banda de rock, sino también una bandera de protesta. Surgen en una época difícil de la historia chilena y sus letras son vehículos de denuncia. Pero ¿no te parece que su música trasciende épocas y es, más bien, un examen del malestar social de cualquier fecha?
Sí, es impresionante. Decíamos que Jorge es un visionario, se da cuenta. En la serie, muchos le dicen a Jorge: "eres muy sabio, siempre sabes". Hay algo que tiene Jorge de entender al mundo, qué está pasando y cuáles son esos motores de la humanidad. Y son los mismos. Puede cambiar la realidad de un lado para otro, pero al final termina siendo lo mismo. Y por eso es tan actual, relevante y conecta tanto con todas las generaciones.
Las Cleopatras y su influencia
La serie también rescata a Las Cleopatras, un colectivo artístico de mujeres, símbolo del 'underground' chileno, que influenció bastante a Los Prisioneros. ¿A qué responde que sus voces no hayan trascendido lo suficiente?
Definitivamente, porque eran mujeres, sobre todo como ellas, que eran fuertes, no tenían miedo. Eran mujeres que incomodaban. Y en esa época no había redes sociales, y si no salías en televisión abierta, no te conocían. No es casualidad que hayan sido invisibles para nosotros, sobre todo fuera de Chile. Por eso, me encanta haber tenido esta oportunidad de reivindicar su lugar, no solo como mujeres feministas, sino como la influencia que tuvieron en Jorge, porque le mostraron otro espacio.
¿En qué aspectos influenciaron a Los Prisioneros?
Primero, Las Cleopatras eran de otros barrios. Eran las pitucas de la época. Entonces, su protesta contra la dictadura [de Pinochet], la sociedad, venía de otro lugar, donde no había miedo. Como dice Jorge: "A los cuicos no les va a pasar nada". Entonces había algo en la relación de Jorge con ellas que le permitía ver otro mundo. Canciones como "Por qué no se van", la compone porque los ve a ellos. Eso está en la serie. Y Jackie [Fresard] era esposa de Jorge y es una artista, y comenzó a manejar el arte de la banda. Tenía una mirada de cómo se presentaban Los Prisioneros hacia afuera. Musicalmente, los llevaron al universo electrónico al que Jorge no había accedido antes.
Sé que ya estás trabajando en tu cuarto largometraje "Quédate Quieto". ¿Podrías adelantarnos de qué va este proyecto?
Es una historia de un sepulturero ilegal. Yo quería hablar sobre las invasiones, me parecía muy fuerte el concepto de que cuando invades un terreno, te debes quedar ahí, porque si te mueves lo pierdes o te lo quitan. Entonces, investigando, encontré un cementerio ilegal en Pachacutec. Así apareció la historia de unas mujeres que van a invadir un terreno muy cercano al cementerio y cómo impacta eso al sepulturero. Es bien documental, la primera vez trabajo con actores naturales.
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