La administración de Donald Trump quiere eliminar un beneficio clave para los bebés inmigrantes. ¿De qué se trata y cómo podría afectar a miles de familias en Estados Unidos?
En medio de un clima político cada vez más tenso en torno a la imigración, el gobierno de Donald Trump ha vuelto a colocar en el centro del debate una medida que podría cambiar el trato que reciben miles de menores inmigrantes en Estados Unidos. La administración republicana, en este sentido, dio un paso firme para modificar las reglas que protegen a niños y bebés que cruzan la frontera y son puestos bajo su custodia.
Esta nueva intención ha generado preocupación entre organizaciones defensoras de derechos humanos, especialmente aquellas que velan por el bienestar infantil. Mientras unos dicen que el cambio permitiría reforzar la política migratoria del país, otros advierten que podría dejar a muchos menores en la vulnerabilidad. Dicho esto, aquí te contamos qué está pasando y por qué esta medida podría afectar a miles de imigrantes.
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¿Cuál es el beneficio que busca quitarle el Gobierno a los bebés?
La administración de Donald Trump ha puesto en marcha una de sus propuestas más controvertidas en Estados Unidos: eliminar el Acuerdo Flores, una norma clave que protege a niños y bebés inmigrantes bajo custodia del gobierno. Esta norma, en vigor desde 1997, obliga a las autoridades federales a proporcionar condiciones dignas y acceso a servicios básicos a los menores detenidos en la frontera. Sin embargo, el pasado 22 de mayo, el Departamento de Justicia (DOJ) solicitó su cancelación.
La petición fue presentada ante la jueza Dolly Gee, en Los Ángeles, quien desde hace años supervisa el cumplimiento de este acuerdo. En su argumento, el gobierno de Donald Trump sostiene que el Acuerdo Flores limita innecesariamente las decisiones del poder ejecutivo y ha provocado un aumento de cruces fronterizos de familias con niños y menores no acompañados. Según ellos, su eliminación le daría al país un mayor control sobre la política migratoria y el manejo de la frontera sur.
El DOJ, en este sentido, declaró que “después de 40 años de litigios y 28 años de supervisión judicial sobre un asunto tan crucial, es momento de poner fin a este caso”. Según la administración republicana, este control judicial ha obstaculizado la implementación de políticas más efectivas. No obstante, defensores de los derechos humanos han respondido con firmeza, advirtiendo que sin el Acuerdo Flores, miles de menores quedarían vulnerables a condiciones inhumanas dentro de centros de detención.
Los abogados que representan a los menores bajo esta protección, en consecuencia, han confirmado que lucharán en los tribunales para evitar que el acuerdo sea eliminado. Ellos aseguran que el Acuerdo Flores es indispensable para garantizar el bienestar de los niños inmigrantes y evitar abusos. La decisión final aún está en manos de la jueza Gee, pero lo que está claro es que el futuro de la protección infantil en la frontera vuelve a estar en el centro del debate migratorio en Estados Unidos.
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