El caso de Kenneth Eugene Smith el mes pasado reavivió el debate sobre este tipo de pena de muerte.
Alabama marcó un hito hace algunas semanas al emplear gas nitrógeno para ejecutar a Kenneth Eugene Smith, un condenado a muerte. Esta controvertida acción ha avivado un debate global sobre los métodos de ejecución y el sufrimiento del reo.
El pasado 26 de enero, Alabama se convirtió en el primer territorio en utilizar la asfixia con gas nitrógeno como método de ejecución. Este acontecimiento generó una profunda controversia, no tanto por el uso de la pena capital, que sigue siendo legal en 27 estados y a nivel federal en los Estados Unidos, sino por la adopción de un método sin precedentes.
Sonia Sotomayor, una de los nueve miembros de la Corte Suprema de EE. UU., indicó su preocupación. "Alabama ha decidido usar a esta persona como un conejillo de indias para ensayar un método de ejecución que nunca antes se ha empleado. El mundo observa con atención".
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¿Qué otros estados anlizan la pena capital con gas nitrógeno?
Esta medida ha suscitado gran interés y ha tenido un impacto más amplio de lo previsto. Desde entonces, otros tres estados (Ohio, Mississippi y Oklahoma) han aprobado o están en vías de aprobar leyes para autorizar el uso de gas nitrógeno como alternativa para la pena de muerte. Además, autoridades de otros estados, en su mayoría con orientaciones conservadoras, han comenzado investigaciones en la misma dirección.
El uso de gas nitrógeno como alternativa para la pena capital no es casual. Desde la introducción de la inyección letal en 1982, esta ha sido la principal forma de ejecución en los estados que aplican la pena de muerte. Sin embargo, en los últimos años, la escasez de los productos químicos necesarios para la inyección letal ha llevado a buscar otras opciones.
Tennessee ha reintroducido la silla eléctrica como método alternativo, mientras que Utah sigue ofreciendo el pelotón de fusilamiento. Durante la presidencia de Donald Trump, se sugirió el uso de fentanilo como alternativa, aunque la propuesta no prosperó.
El caso de Alabama involucró a Kenneth Eugene Smith, acusado del asesinato de Dorlene Sennett en 1988. Este evento ha reabierto el debate sobre la pena de muerte en EE. UU., el único país desarrollado que aún la practica.
A nivel global, solo 52 países permiten la pena de muerte, principalmente en Asia y Oriente Medio. La controversia sobre los métodos de ejecución y la moralidad de la pena de muerte continúa siendo tema de discusión en la comunidad internacional.
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