Paisano y paisana, estamos terminando el 2025 y, como cada año, lo que más escuchamos en las noticias y en las redes son los problemas, las malas autoridades, la delincuencia, los tropiezos de la minería, etc. Y claro, todo eso existe y no podemos ignorar. Pero lo que casi nunca se muestra es lo bueno que también ocurrió.
No se muestra porque lo positivo, por naturaleza, genera menos impacto emocional y también porque, a diferencia de lugares donde el éxito se celebra en voz alta, nosotros aquí solemos ser más reservados. Muchas veces por respeto a quienes la pasan mal o simplemente por evitar malos pensamientos ajenos.
Esa costumbre, paisano, paisana, hace que muchas veces no apreciemos lo bueno que nos pasa a nosotros, generándonos una desazón dañina que termina afectando incluso la confianza en el país. Por eso, les propongo que para usted mismo le dé hoy una mirada positiva a lo que le ocurrió en el 2025. No para ocultar dificultades, sino para reconocer lo bueno que también ocurrió y que poco se comió.
Pregúntese usted, paisano, ¿vendió un poco más en su bodeguita, llegaron más clientes a su taller, pudo comprar alguna herramienta nueva? Eso no sería casualidad, pues según los datos estadísticos, el consumo de los hogares creció alrededor del 5% y eso se siente en el bolsillo y en las compras del día a día.
La compra de bienes de inversión; es decir, máquinas, equipos, herramientas, aumentó 30%, lo que significa que más peruanos apostaron por mejorar su negocio. La matrícula en institutos subió casi 10%, señal de que miles de jóvenes encontraron un espacio para seguir estudiando y el empleo formal creció cerca del 6%, algo que no se comenta, pero está ahí.
Quizás usted, paisano, paisana, fue uno de los 160 000 peruanos que compraron un vehículo nuevo este año o de los 30 000 que adquirieron un departamento, 20% más que el año pasado. Cosas buenas que pasan y que no siempre se cuentan. Al cerrar este año, hagamos nuestro propio balance. Dejemos por un momento el ruido externo y reconozcamos también nuestros avances. Y por favor, disculpen la tendencia de este analista en llevar todo a los datos duros. Y por eso es importante que haga también su recuento de lo que a usted con mucha más profundidad le ocurrió.
¿Se alegró porque el nuevo papa es peruano, salió de viaje y conoció nuevos lugares del país o de fuera? ¿Tuvo a su primer hijo o quizás encontró el amor de su vida? Con esa energía positiva podemos empezar el 2026 con más optimismo y más compromiso. Y con los deseos de que el nuevo año sea todavía mejor. ¡Feliz Año Nuevo!
Comparte esta noticia