El Departamento de Defensa ejecutará la orden tras el fallo de la Corte Suprema que avala la exclusión de personas trans del servicio militar.
Un nuevo mandato del Pentágono dejará fuera del ejército estadounidense a cerca de mil soldados que se identifican como transgénero. La medida fue dispuesta tras el respaldo de la Corte Suprema a la política de prohibición impulsada por la administración Trump, y otorga al secretario de defensa, Pete Hegseth, la autoridad para revisar los registros médicos de todos los miembros en busca de quienes aún no se han identificado formalmente como trans.
El secretario también estableció un plazo de 30 días para que los soldados que no han revelado su identidad transgénero lo hagan de forma voluntaria. En caso contrario, serán ubicados mediante sus historiales médicos. La revisión se enfocará en diagnósticos relacionados con la disforia de género, síntomas compatibles o tratamientos en curso. “No más trans en el Departamento de Defensa”, publicó Hegseth en su cuenta oficial de X.
Te recomendamos
El Pentágono suspende los tratamientos de transición de género
Durante una conferencia en Tampa, el secretario de defensa aseguró que su administración está dejando atrás lo que calificó como “debilidad y conciencia”. En esa línea, declaró que “no más pronombres” serán permitidos en los registros militares, postura que complementa lo anunciado previamente por el Departamento de Defensa en un memorando publicado en febrero.
Este documento oficial suspendió todos los procedimientos médicos asociados con afirmaciones o procesos de transición de género que no estuvieran ya programados. La disposición incluye tratamientos no programados, quirúrgicos o psicológicos vinculados a la afirmación de identidad de género.
La reacción de los colectivos LGBTQ+ y el contexto legal
Tras la publicación del memorando y la entrada en vigor de la nueva directiva, organizaciones defensoras de los derechos LGBTQ+ presentaron una demanda contra la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, que sirvió de base para esta política.
La norma argumenta que las condiciones médicas, quirúrgicas y de salud mental relacionadas con la disforia de género resultan incompatibles con los estándares de rendimiento que exige el ejército de EE.UU. Sin embargo, los grupos de defensa consideran que esta medida vulnera derechos fundamentales y excluye injustamente a soldados capacitados por motivos de identidad de género.
Los funcionarios del Departamento de Defensa admitieron que no hay un registro claro del número total de soldados transgénero, debido a que muchos no han revelado su identidad. Sin embargo, en el último año se contabilizaron más de 4 000 casos de militares con diagnóstico de disforia de género activos en la Guardia Nacional y la Reserva. La cifra, aunque significativa, podría ser aún mayor tras la revisión de los expedientes médicos que el Pentágono ha ordenado.
Video recomendado
Comparte esta noticia