A manera de recomendación, el galeno sostuvo que los padres no deben descuidar la relación con sus hijos.
La frialdad mostrada por el médico Ángel Valdivia Calderón, asesino confeso de la adolescente Maryori Keiko V. S. para planificar el delito y ocultar su culpa y su capacidad para manipular a sus víctimas, evidenciarían que tiene conducta disocial o psicopática, afirmó el psiquiatra del hospital Hermilio Valdizán, Víctor Alcázar Mendoza.
Sostuvo que el secuestro y asesinato de la menor coloca nuevamente la salud mental como un problema que debe tomarse en cuenta para evitar que este tipo de episodios trágicos se repitan.
A su juicio, es útil contar con una opinión técnica especializada al momento de dictar una sentencia judicial a los procesados en estos casos y ese aporte lo puede dar la especialidad de salud mental.
Señaló que en estos casos también las ciencias forenses aportan recomendaciones importantes, siendo la principal el adecuado estudio de los agresores sexuales con la finalidad de determinar si existe conducta psicopática, su intensidad o peligrosidad, la probabilidad de reincidencia a pesar de la pena impuesta, y el grado de recuperabilidad de estos.
“Son factores a tener en cuenta para la aplicación de las penas, que pueden ir, según la severidad del trastorno o la complejidad de este, desde la pena de cárcel por determinados años o la cadena perpetua”, indicó.
A manera de recomendación, el galeno sostuvo que los padres no deben descuidar la relación con sus hijos.
Deben priorizar el cuidado de su desarrollo emocional para evitar que sean vulnerables ante personas inescrupulosas que aprovechan las falencias afectivas de la adolescencia “lo cual se registra con frecuencia en hogares disfuncionales, con pobre control, deficiente supervisión y con modelos conductuales ausentes”.
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