Informe asegura que el mayor reto es mantener a las niñas en la escuela, pues por cada año que permanezcan en el sistema educativo se reduce entre un 5 % y un 10 % el riesgo de embarazo.
La pobreza, la falta de educación, la desigualdad social, el poco acceso a los preservativos y las presiones sociales son algunas de las razones por las que cada año 7,3 millones de niñas menores de 18 años dan a luz en el mundo, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU).
El embarazo adolescente no responde, por lo general, a decisiones de la mujer, sino a la "ausencia de oportunidades y a las presiones sociales, culturales y económicas de los contextos en que viven las adolescentes", explicó Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del FPNU.
Dichas presiones, de acuerdo con el estudio "Maternidad en la niñez: Afrontar el desafío de un embarazo adolescente", provienen de seis ámbitos como son el individual, la familia, la escuela, los amigos, la comunidad e incluso la nación.
El riesgo se incrementa si las niñas son pobres, no tienen educación, provienen de minorías étnicas, de grupos marginados o de áreas remotas y rurales.
En todo el mundo, es "más probable" que una adolescente quede embarazada en circunstancias de exclusión social, pobreza y desigualdad de género, al no poder gozar o ejercer plenamente sus derechos básicos, asegura el informe.
Por otra parte, la desigualdad de género es un factor que Marcela Suazo, directora del FPNU para América Latina y el Caribe, ve como un riesgo inminente ya que encasilla a la mujer y al hombre en roles determinados que, de una u otra manera, "fuerzan" a las niñas a tener hijos.
En contextos de violencia y guerra, la coacción sexual es otra causa agravante del embarazo adolescente.
El informe asegura que el mayor reto es mantener a las niñas en la escuela, pues por cada año que permanezcan en el sistema educativo se reduce entre un 5 % y un 10 % el riesgo de embarazo.
Por el contrario, una adolescente que se retira de la educación tiene un altísimo riesgo de concebir un hijo y de no regresar jamás a la escuela.
"Al final, lo que debemos buscar es proteger la plataforma de derechos", aseguró Suazo, quien recordó que la primera violación a sus derechos que sufre una pequeña al quedar embarazada es, precisamente, el derecho a ser niña.
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