Los ácaros y el moho doméstico, que muchas veces se alojan en colchones y muebles, son factores desencadenantes para los problemas respiratorios y de alergias.
Ácaros y moho domésticos, agentes alérgenos. La humedad, el frío y los cambios bruscos de temperatura, aunados a la poca ventilación en los hogares, produce, el incremento de ácaros, sobre todo, en colchones, almohadas, alfombras, muebles, cortinas y todo aquello que atrape polvo dentro de casa.
Para la Dra Vicky Vicky Penalillo, pediatra y especialista en alergias del centro especializado en alergia y asma, los peruanos tenemos el hábito de cerrar las ventanas para protegernos del frío, lo que puede resultar contraproducente, sobre todo, si en casa hay personas alérgicas.
Otro ejemplo cotidiano es que la mayoría de personas que deciden viajar en julio, tienen la costumbre de preparar su equipaje sacando prendas que han estado guardadas e incluso dejando con polvo la vivienda, con la idea de “limpiarla” al regreso.
La Dra Penalillo recomienda asear el lugar antes de cerrar la vivienda porque con la falta de ventilación, los ácaros se reproducen por millones, para evitar que a su regreso, las personas con asma o rinitis desarrollen crisis o resfríos que lo atribuyen al cambio de clima.
“La alergia es una condición de enfermedad crónica que hace picos altos al aumentar la humedad, sobre todo en invierno, porque no ventilamos la vivienda o los centros laborales” indica la médico.
EL MOHO
Está formado por esporas de ciertos hongos que pueden encontrarse en interiores: paredes y cortinas del baño, dentro del closet y de las habitaciones, cajones y otras zonas cerradas y con poca iluminación, porque la humedad favorece a ello. la alergia a hongos puede causar crisis de asma severa al igual que rinitis y conjuntivitis alérgica (ojo rojo).
Por ello, debemos revisar periódicamente si hay filtraciones en las paredes o techos y hacer las reparaciones correspondientes.
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