Evaluar tiempos para realizar acciones de la vida cotidiana como caminar podría ayudar a predecir la mortalidad en personas de la tercera edad, según estudios británicos.
Las personas con más agilidad física a la hora de caminar, agarrarse a algo, levantarse de una silla o moverse sobre una sola pierna tienen más posibilidades de vivir durante más años, según publica hoy la revista British Medical Journal (BMJ).
Evaluar la capacidad y tiempos para realizar acciones de la vida cotidiana como caminar podría ayudar a predecir la mortalidad en personas de la tercera edad, según ha concluido un grupo de investigadores británicos.
Estas medidas podrían servir para hacer un seguimiento de los ancianos e identificar qué personas deberían recibir una terapia de entrenamiento para mejorar o mantener sus capacidades físicas.
Para llegar a esta conclusión los investigadores revisaron 57 estudios -excluyendo aquellos realizados en residencias de ancianos- y 28 de los cuales se relacionaban las capacidades físicas de personas de cualquier edad con su mortalidad.
Los investigadores del University College London contactaron con los autores de estos estudios previos para normalizar los resultados en tablas y consiguieron información de otros cinco estudios que no se han publicado hasta el momento.
El equipo averiguó así cómo, pese a las variaciones entre los diferentes estudios, existían pruebas claras de la relación entre cuatro medidas físicas tomadas como referencia (fuerza al agarrarse, velocidad al caminar, tiempo que se tarda en levantarse de una silla y capacidad para sostenerse sobre una sola pierna) y la mortalidad.
Las personas con peores resultados tenían un riesgo alto de fallecer.
En 14 de los estudios (en los que se tomó como referencia a un total de 53.476 pacientes), el riesgo de fallecer era 1,67 veces mayor para aquellos ancianos con menos fuerza, al margen de otras variables como la edad, el sexo y la masa corporal.
Según datos de cinco estudios (14.692 participantes) que medían la velocidad al caminar, los pacientes más lentos tenían 2,87 veces más posibilidades de fallecer.
Para aquellos más lentos a la hora de levantarse de la silla (de acuerdo a cinco estudios con un total de 28.036 pacientes), el riesgo de morir es el doble.
Los autores pidieron que se realicen más investigaciones para poder establecer cómo evolucionan las capacidades físicas con la edad y cómo una disminución en la agilidad a la hora de moverse puede ser sintomática de una vida más próxima a su fin. EFE
Evaluar la capacidad y tiempos para realizar acciones de la vida cotidiana como caminar podría ayudar a predecir la mortalidad en personas de la tercera edad, según ha concluido un grupo de investigadores británicos.
Estas medidas podrían servir para hacer un seguimiento de los ancianos e identificar qué personas deberían recibir una terapia de entrenamiento para mejorar o mantener sus capacidades físicas.
Para llegar a esta conclusión los investigadores revisaron 57 estudios -excluyendo aquellos realizados en residencias de ancianos- y 28 de los cuales se relacionaban las capacidades físicas de personas de cualquier edad con su mortalidad.
Los investigadores del University College London contactaron con los autores de estos estudios previos para normalizar los resultados en tablas y consiguieron información de otros cinco estudios que no se han publicado hasta el momento.
El equipo averiguó así cómo, pese a las variaciones entre los diferentes estudios, existían pruebas claras de la relación entre cuatro medidas físicas tomadas como referencia (fuerza al agarrarse, velocidad al caminar, tiempo que se tarda en levantarse de una silla y capacidad para sostenerse sobre una sola pierna) y la mortalidad.
Las personas con peores resultados tenían un riesgo alto de fallecer.
En 14 de los estudios (en los que se tomó como referencia a un total de 53.476 pacientes), el riesgo de fallecer era 1,67 veces mayor para aquellos ancianos con menos fuerza, al margen de otras variables como la edad, el sexo y la masa corporal.
Según datos de cinco estudios (14.692 participantes) que medían la velocidad al caminar, los pacientes más lentos tenían 2,87 veces más posibilidades de fallecer.
Para aquellos más lentos a la hora de levantarse de la silla (de acuerdo a cinco estudios con un total de 28.036 pacientes), el riesgo de morir es el doble.
Los autores pidieron que se realicen más investigaciones para poder establecer cómo evolucionan las capacidades físicas con la edad y cómo una disminución en la agilidad a la hora de moverse puede ser sintomática de una vida más próxima a su fin. EFE
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