Por Karen Quiroz, directora de la Escuela de Nutrición y Técnicas Alimentarias de la Universidad Le Cordon Bleu. La obesidad infantil es una afección de salud grave que afecta a todo grupo etario.
Por Karen Quiroz, directora de la Escuela de Nutrición y Técnicas Alimentarias de la Universidad Le Cordon Bleu.
La obesidad infantil es una afección de salud grave que afecta a todo grupo etario y los niños no son la excepción. Es particularmente problemática porque este exceso de peso a menudo genera que el niño comience a padecer problemas de salud que antes se consideraban problemas de adultos, como la diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto; 240 mil niños menores de 5 años presentaron sobrepeso y obesidad, según el sistema de Información del Estado Nutricional, es decir uno de cada 10 niños y niñas presentó exceso de grasa corporal. Asimismo, la prevalencia en este grupo etario es de 8.3 en varones y 7.3 en mujeres. El reporte del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (2018) menciona que la obesidad afecta casi al 70% de nuestra población y que el 0,6% de niños padece Diabetes Mellitus.
Entre los factores tenemos los genéticos, epigenéticos, conductuales y ambientales. De estos, los factores conductuales y ambientales son más fácilmente modificables durante la infancia, por lo que son el foco de las intervenciones clínicas. De ahí la importancia de identificar factores de riesgo de obesidad en la población pediátrica. Estos factores de riesgo son los antecedentes familiares de obesidad, los malos hábitos de alimentación y el sedentarismo (los niños cada vez juegan menos, los han cambiado por actividades pasivas como ver televisión o frente a la computadora, los videojuegos, entre otros).
¿Cómo prevenirla?
- La obesidad muchas veces se empieza a instalar los primeros años de vida, es aquí donde la lactancia materna exclusiva juega un rol fundamental en la prevención de esta enfermedad; la incorporación de alimentos antes de los 4 meses de vida está asociada a un incremento en el riesgo de exceso de peso.
- La alimentación en los primeros años de vida es fundamental para la incorporación de hábitos alimentarios, recordemos que está influenciada por las preferencias alimentarias que pueden ser innatas o aprendidas por exposición ambiental repetida a alimentos no saludables.
- La alimentación receptiva o interactiva se ha convertido en un principio ampliamente recomendado en el que los cuidadores proporcionan la dirección y la estructura (por ejemplo, elección de los alimentos) que los niños requieren para un crecimiento sano, junto con la capacidad de responder a las señales de hambre y saciedad de los niños que promueve la autorregulación y, eventualmente, la responsabilidad de los niños para una alimentación saludable.
- Buscar la ayuda de un profesional nutricionista, especialista que ayudará a brindar educación nutricional a los padres y al niño, para contribuir en instaurar una alimentación equilibrada y educación nutricional, que en conjunto contribuyan a mejorar los hábitos alimentarios de la familia y por ende del niño.
- Cuidar el consumo de azúcar y sal, este debe ser con mucha moderación, ya que muchos alimentos como las frutas y las verduras lo contienen. Agregar más a los alimentos puede resultar muy perjudicial en los niños.
- Muchas veces los padres hacen uso de las golosinas (ricas en azúcares simples), alimentos ultra procesados y comida rápida que tiene altos contenidos de azúcar, sodio, grasas saturadas y trans; presentándose como premios o incentivos en sus pequeños, siendo esto un error muy grave y que instalan en sus pequeños, hábitos alimentarios inadecuados con un bajo aporte de nutrientes y ricos en sustancias perjudiciales para la salud.
- Los padres o cuidadores juegan un rol fundamental en cuidar la alimentación de los niños, la crianza responsiva definida como aquella que responde a las señales emitidas por el niño, se relaciona con el desarrollo cognitivo y socioemocional positivo en los niños caracterizada por un clima emocional en el que las expectativas son claras y los niños experimentan niveles altos de afecto y aceptación por parte de sus cuidadores en respuesta a sus señales.
- Finalmente es importante que estos cambios se apliquen para toda la familia, es decir los niños tienen la tendencia a seguir el modelo de alimentación de los padres; dando el ejemplo se construye la educación alimentaria.
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