¿Cómo nosotros como cuidadores y protectores podemos llevar adelante este aislamiento social con nuestros hijos? ¿Cómo ayudarnos a nosotros mismos a no trasmitirles nuestros miedos, inquietudes y frustraciones? Aquí algunas recomendaciones.
Esta es una pregunta que nos asalta como padres en tiempos de cuarentena, ya que tiene que ver con cómo nosotros como cuidadores y protectores podemos llevar adelante este aislamiento social con nuestros hijos o cómo ayudarnos a nosotros mismos a no trasmitirles nuestros miedos, inquietudes y frustraciones.
En realidad, se trata de las dos caras de la misma moneda, tengamos clara que no tenemos por qué tener una respuesta inmediata ni saber de antemano como actuar frente a una situación así. ¡Todos estamos aprendiendo y sí que nos está costando!
Entonces, ¿qué podemos hacer?
1. Promover la capacidad representacional en nuestros hijos a través del juego. Por ejemplo, con canciones, juegos de mesa, dibujos. Busquemos que los niños puedan ponerle forma y figura al virus y a lo que está ocurriendo. Esto los ayudará a posicionarlos activamente, hacer uso de sus recursos, hacerle frente a la realidad desde su perspectiva y a que colaboren con las normas establecidas sin tanta resistencia.
2. Esta situación puede ayudar a fortalecer la unión familiar, haciendo que todos trabajen por un objetivo común que sería el cuidado por la salud de toda la familia. Inventar juegos familiares sobre este tema ayudará a que todos procesen y entiendan mejor lo que estamos viviendo.
3. Es importante organizar una rutina escolar, social, familiar y del sueño. Nuestros hijos también necesitan sostener el vínculo con sus amigos. Por ejemplo, una hora para hacer una tarea juntos, juegos en línea o la hora del lonche.
4. No exponer a los niños las noticias ni a nuestros miedos y angustias. Ellos recordarán esta etapa como nosotros se la contemos. ¡Respetemos la infancia!
Este último punto no tiene que ver con la cantidad de medios que tengamos a nuestra disposición, sino con la posibilidad de explotar nuestros recursos emocionales y creativos.
Vayamos construyendo un relato a futuro, pensando que algún día este se tornará en una historia para entretener a nuestros hijos, nietos o seres queridos. Intentemos que esta experiencia se vuelva una herramienta de resiliencia y unión que como familia hemos sido capaces de sostener.
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