Los demócratas alcanzaron 60 votos para avanzar en el histórico proyecto de reforma de la salud.
Los demócratas consiguieron hoy los 60 votos necesarios para que comience el histórico debate en el Senado sobre la reforma sanitaria que quiere acometer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
En un sesión extraordinaria del Senado convocada para votar sobre el inicio del debate sobre el plan propuesto en esta cámara las senadoras demócratas moderadas Blanche Lincoln y Mary Landrieu aseguraron los apoyos que necesitaban los demócratas para comenzar el debate.
A pesar de tener mayoría en el Senado, los demócratas necesitaban alcanzar los 60 votos para evitar que los republicanos, que cuenten con 40 de los 100 escaños de la Cámara Alta y se oponen en bloque al plan, bloquearan la votación.
Lincoln y Landrieu, que no se habían pronunciado sobre el proyecto de reforma sanitaria presentado en el Senado por el líder de la mayoría demócrata Harry Reid, afirmaron en sus comparecencias que apoyarán la votación de esta tarde.
No obstante, "mi voto de hoy para avanzar en este importante debate de ninguna manera debe interpretarse como una indicación de cómo podría votar si el debate llega a su fin", advirtió.
El voto final se producirá a las ocho de la tarde hora local (01.00 GMT) y dará luz verde a que el debate sobre el plan del senado comience después del receso por el festivo del Día de Acción de Gracias.
El plan de 2.074 páginas presentado por Reid al Senado tiene un costo de 849.000 millones de dólares a diez años y prevé dar cobertura médica a casi 31 millones de personas.
También obliga a los estadounidenses a comprar un seguro médico -como ya ocurre con los seguros de autos- e impone multas a las aseguradores que denieguen cobertura a personas con condiciones médicas preexistentes.
El objetivo de la reforma de salud, según los demócratas, es ampliar la cobertura médica a la mayoría de los estadounidenses, prohibir que las aseguradoras nieguen cobertura por tener condiciones médicas preexistentes y reducir los costos de salud.
Los republicanos consideran que la "opción pública" es una injerencia del Gobierno en el sector privado que no mejorará el cuidado de la salud ni reducirá sus costos, y tampoco disminuirá el déficit fiscal.
Si el Senado vota positivamente, el debate sobre esta propuesta comenzará a partir del 30 de noviembre.
Sin embargo, no está claro que éste concluya a tiempo para que el presidente Barack Obama firme un proyecto de ley antes de fin de año, ya que cuando el Senado apruebe su versión un comité de ambas cámaras deberá reunirse para unificar sus propuestas.
EFE
En un sesión extraordinaria del Senado convocada para votar sobre el inicio del debate sobre el plan propuesto en esta cámara las senadoras demócratas moderadas Blanche Lincoln y Mary Landrieu aseguraron los apoyos que necesitaban los demócratas para comenzar el debate.
A pesar de tener mayoría en el Senado, los demócratas necesitaban alcanzar los 60 votos para evitar que los republicanos, que cuenten con 40 de los 100 escaños de la Cámara Alta y se oponen en bloque al plan, bloquearan la votación.
Lincoln y Landrieu, que no se habían pronunciado sobre el proyecto de reforma sanitaria presentado en el Senado por el líder de la mayoría demócrata Harry Reid, afirmaron en sus comparecencias que apoyarán la votación de esta tarde.
No obstante, "mi voto de hoy para avanzar en este importante debate de ninguna manera debe interpretarse como una indicación de cómo podría votar si el debate llega a su fin", advirtió.
El voto final se producirá a las ocho de la tarde hora local (01.00 GMT) y dará luz verde a que el debate sobre el plan del senado comience después del receso por el festivo del Día de Acción de Gracias.
El plan de 2.074 páginas presentado por Reid al Senado tiene un costo de 849.000 millones de dólares a diez años y prevé dar cobertura médica a casi 31 millones de personas.
También obliga a los estadounidenses a comprar un seguro médico -como ya ocurre con los seguros de autos- e impone multas a las aseguradores que denieguen cobertura a personas con condiciones médicas preexistentes.
El objetivo de la reforma de salud, según los demócratas, es ampliar la cobertura médica a la mayoría de los estadounidenses, prohibir que las aseguradoras nieguen cobertura por tener condiciones médicas preexistentes y reducir los costos de salud.
Los republicanos consideran que la "opción pública" es una injerencia del Gobierno en el sector privado que no mejorará el cuidado de la salud ni reducirá sus costos, y tampoco disminuirá el déficit fiscal.
Si el Senado vota positivamente, el debate sobre esta propuesta comenzará a partir del 30 de noviembre.
Sin embargo, no está claro que éste concluya a tiempo para que el presidente Barack Obama firme un proyecto de ley antes de fin de año, ya que cuando el Senado apruebe su versión un comité de ambas cámaras deberá reunirse para unificar sus propuestas.
EFE
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