La muerte de otros procura sentimientos de profunda tristeza, falta de sueño, llanto, incapacidad para concentrarse, cansancio y falta de apetito, que se prolongan durante más de 2 semanas.
La revista The Lancet asegura en un editorial que el dolor y la aflicción causados por la muerte de un familiar o ser querido no debe ser tratado con medicamentos porque es un proceso natural.
Además asegura que todas las consecuencias del duelo no pueden ser diagnosticadas como depresión, "sino como una reacción normal de aflicción".
La publicación británica defiende esta tesis en un editorial en respuesta a la Asociación Americana de Psiquiatría, que prepara la próxima edición de la quinta parte del "Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales" (DSM-5).
Mientras que ediciones anteriores del DSM han puesto de relieve la necesidad de considerar y excluir el duelo antes del diagnóstico de un trastorno depresivo mayor, el actual proyecto de esta quinta edición no lo ha tenido en cuenta.
The Lancet asegura que "medicalizar el sentimiento de tristeza es peligrosamente simplista y erróneo".
El editorial destaca que "aunque el duelo se asocia con resultados adversos para la salud, tanto físicos como mentales, las intervenciones farmacológicas deben estar dirigidas solo a las personas con mayor riesgo de desarrollar un trastorno, o a aquellos que desarrollan un duelo complicado o una depresión, pero no a todos".
La revista pone un poco de sentido común en la cuestión, al recordar que "el dolor durante el luto no es una enfermedad, es una respuesta normal a la muerte de un ser querido, y poner plazo al dolor no es apropiado", informa 20minutos.es
"La mayoría de las personas que sufren la muerte de un ser querido no necesitan tratamiento médico. Para aquellos que están de duelo, el tiempo, la compasión, el recuerdo y la empatía, son más efectivos que las pastillas", insiste The Lancet.
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