La enfermedad, que se transmite a través de un parásito, provoca problemas cardíacos y digestivos, y actualmente solo se puede tratar con fármacos con muchos efectos secundarios.
Un grupo de investigadores españoles y bolivianos trabaja en un nuevo fármaco, menos tóxico, contra la enfermedad de Chagas, un mal originario de Latinoamérica que afecta a unos 10 millones de personas.
La enfermedad, que se transmite a través de un parásito, provoca problemas cardíacos y digestivos, y actualmente solo se puede tratar con dos medicamentos con muchos efectos secundarios, es analizada en Barcelona por expertos de todo el mundo.
El director de Enfermedades Tropicales Desatendidas del Instituto Salud Global, Joaquim Gascón, explicó a Efe que el ensayo del nuevo medicamento, denominado E1224, se encuentra en fase experimental -es decir que ya se ensaya con personas- en Bolivia.
Gascón señaló que a finales de este año, y si los ensayos dan un resultado positivo, esperan contar ya con un nuevo medicamento que permita tratar la enfermedad en menos tiempo (actualmente los pacientes necesitan medicarse durante dos meses), y que sea efectivo tanto en la fase inicial como en la avanzada de la enfermedad, y con menos efectos adversos.
La enfermedad del Chagas se considera silenciosa, porque pueden pasar 20 años hasta que las personas infectadas desarrollan los primeros síntomas, y olvidada, porque desde los años 60 no se desarrollan nuevos fármacos para tratarla.
Esta enfermedad tropical está producida por un parásito, el Typarosoma cruzi, que se transmite a través de las heces de un insecto, la vinchuca, de transfusiones de sangre y de trasplantes de órganos de personas infectadas, así como de madres a hijos durante el embarazo.
Su incidencia es mayor en los países latinoamericanos, donde hay unos ocho millones de personas infectadas, especialmente en Bolivia, donde el 10 % de la población padece esta enfermedad y en algunas zonas rurales el porcentaje se acerca al 60 %, señaló a Efe el catedrático de Parasitología de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba (Bolivia), Faustino Farrico.
Sin embargo, la inmigración ha provocado que también se den casos en Europa, y en España se calcula que hay entre 50.000 y 70.000 personas infectadas.
Los fármacos actuales para tratar la enfermedad provocan efectos secundarios, como problemas en el sistema nervioso y erupciones cutáneas, por lo que "un 10 % de los pacientes tiene que abandonar el tratamiento", dijo Gascón, que también dirige la sección de Medicina Tropical del Hospital Clínic de Barcelona.
Asimismo, los medicamentos que se utilizan en la actualidad son eficaces en el inicio de la enfermedad (en su fase aguda), pero no hay evidencias científicas de que lo sean cuando la dolencia está más desarrollada.
El Chagas tiene, además, otra dificultad, que reside en afinar el diagnóstico, ya que los síntomas son poco específicos y pueden confundirse con otras enfermedades; de ahí la importancia de realizar analíticas.
"Incluso en algunas zonas endémicas los médicos creen que no se puede hacer nada contra el Chagas y esperan a que los enfermos desarrollen los primeros síntomas para tratarlos", aseguró Farrico.
Según los expertos, se ha avanzado mucho en la prevención de la enfermedad ya que se han reducido los focos de vinchucas y se ha controlado a los donantes de sangre y de órganos, aunque cada año hay 50.000 nuevos casos de enfermedad de Chagas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una de las vías para frenar la expansión es hacer pruebas a los recién nacidos de madres con esta enfermedad y, en el caso de que los bebés estén infectados (lo que ocurre en un 5 % de los casos), pasar al tratamiento, ya que cuando se aplica a menores de 1 año, la curación es prácticamente segura.
EFE
Comparte esta noticia