Según los datos de la ONU, más de 800 millones de personas no tienen acceso a agua potable y unos 2.700 millones de personas están sin acceso a servicios de salubridad en el mundo.
La falta de agua potable y servicios de salubridad multiplica la mortalidad materna e infantil, según el primer estudio que cuantifica la diferencia entre vivir en un país con adecuados sistemas y los más necesitados.
El informe, realizado por investigadores canadienses y que aparece en la última edición de la revista Environmental Health, divide 193 países en cuatro grupos.
Los datos del estudio señalan que los países situados en el grupo menos seguro en términos de agua potable tienen 4,7 más muertes por cada 1.000 niños que el conjunto de países con mejores sistemas de tratamiento de agua.
Igualmente, la diferencias en términos de servicios de salubridad son significantes.
Los países situados en el grupo más bajo tienen 6,6 más muertes por cada 1.000 niños cuando se comparan con los países en el primer grupo.
Y en términos de mortalidad materna, aquellos fallecimientos que se producen en el periodo de un año tras el nacimiento de un bebé, los científicos canadienses descubrieron que las probabilidades de mortalidad son un 42% superiores en los países con peor calidad de agua potable.
Cuando se examina los servicios de salubridad, las probabilidades de mortalidad aumentan un 48% en aquellos países con peores sistemas.
Según los datos de la ONU, más de 800 millones de personas no tienen acceso a agua potable y unos 2.700 millones de personas están sin acceso a servicios de salubridad en el mundo.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que casi un 10 % de la carga mundial de enfermedades podría ser prevenida con la mejora del acceso a agua potable y servicios de salubridad de la población mundial.
EFE
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