Según un informe de la Universidad de Stanford si se reduce el consumo de sodio en 9,5%, se evitaría casi medio millón de ataques cardiacos y derrames cerebrales.
Nueve de cada 10 estadounidenses consumen demasiada sal al día, según un nuevo informe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que advierte que muchos de ellos toma más del doble de la cantidad diaria recomendada.
Las actuales directrices dietéticas del Departamento de Salud indican que un adulto debe limitar su consumo de sal diaria a 2.300 miligramos al día y a 1.500 miligramos en caso de que el individuo tenga la presión arterial alta.
Sin embargo, los investigadores que entrevistaron a casi 5.000 adultos, encontraron que el consumo medio estaba en casi 3.466 miligramos de sodio diarios, gran parte concentrado en alimentos como la pizza, pasta y carnes frías, como los embutidos para hacer sandwiches.
"El sodio se ha convertido en un elemento tan generalizado en la dieta que es difícil para la gran mayoría de estadounidenses estar dentro de los límites recomendados", señaló la directora del estudio Janelle Peralez Gunn, analista de salud pública del CDC.
Comer mucha sal puede elevar la presión arterial, que es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular -junto con el tabaquismo- y también puede provocar insuficiencia renal.
Según el estudio, publicado en la revista semanal del CDC, el 77% de la cantidad diaria de sodio que consumen los estadounidenses proviene de comida procesada y comprada en restaurantes.
El grupo dividió en nueve categorías los alimentos y concluyó que los que más sodio aportan a la dieta son los cereales y sus derivados, que suponen el 36,9 por ciento del consumo total de sodio (unos 3.466 miligramos), seguidos por los alimentos que contienen carne, pollo y pescado, que representan el 27,9%.
En conjunto, estas dos categorías representan casi dos tercios de la ingesta diaria de sal en la dieta estadounidense.
Peralez señaló en un comunicado que tanto "los profesionales de la salud pública, como los fabricantes de alimentos y los médicos de atención primaria deben actuar ahora para ayudar a apoyar los esfuerzos de las personas a reducir su consumo de sodio".
El pasado mes de abril, el Instituto de Medicina estadounidense pidió a las autoridades establecer normas para el uso de sal en los alimentos procesados con el fin de reducir el consumo de sodio entre los estadounidenses.
La solicitud fue planteada a la Administración de Alimentos y Fármacos, el organismo federal que regula la venta y consumo de alimentos y medicinas en el país, que todavía no ha decidido si va a obligar a las empresas de alimentos a reducir la sal.
Sin embargo, algunas empresas se han dado por aludidas y han decidido ponerse manos a la obra.
Sin más dilación, en mayo, el fabricante ketchup Heinz, el más consumido en Estados Unidos, acometió el primer gran cambio de la receta de esta popular salsa en los últimos 40 años, para reducir su contenido de sal en un 15%.
Según un informe de la Universidad de Stanford (California) si se logra reducir el consumo de sodio en un 9,5 por ciento, se evitaría casi medio millón de ataques cardiacos y derrames cerebrales, lo que supone un ahorro de 32.000 millones de dólares en gastos médicos.
EFE
Las actuales directrices dietéticas del Departamento de Salud indican que un adulto debe limitar su consumo de sal diaria a 2.300 miligramos al día y a 1.500 miligramos en caso de que el individuo tenga la presión arterial alta.
Sin embargo, los investigadores que entrevistaron a casi 5.000 adultos, encontraron que el consumo medio estaba en casi 3.466 miligramos de sodio diarios, gran parte concentrado en alimentos como la pizza, pasta y carnes frías, como los embutidos para hacer sandwiches.
"El sodio se ha convertido en un elemento tan generalizado en la dieta que es difícil para la gran mayoría de estadounidenses estar dentro de los límites recomendados", señaló la directora del estudio Janelle Peralez Gunn, analista de salud pública del CDC.
Comer mucha sal puede elevar la presión arterial, que es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular -junto con el tabaquismo- y también puede provocar insuficiencia renal.
Según el estudio, publicado en la revista semanal del CDC, el 77% de la cantidad diaria de sodio que consumen los estadounidenses proviene de comida procesada y comprada en restaurantes.
El grupo dividió en nueve categorías los alimentos y concluyó que los que más sodio aportan a la dieta son los cereales y sus derivados, que suponen el 36,9 por ciento del consumo total de sodio (unos 3.466 miligramos), seguidos por los alimentos que contienen carne, pollo y pescado, que representan el 27,9%.
En conjunto, estas dos categorías representan casi dos tercios de la ingesta diaria de sal en la dieta estadounidense.
Peralez señaló en un comunicado que tanto "los profesionales de la salud pública, como los fabricantes de alimentos y los médicos de atención primaria deben actuar ahora para ayudar a apoyar los esfuerzos de las personas a reducir su consumo de sodio".
El pasado mes de abril, el Instituto de Medicina estadounidense pidió a las autoridades establecer normas para el uso de sal en los alimentos procesados con el fin de reducir el consumo de sodio entre los estadounidenses.
La solicitud fue planteada a la Administración de Alimentos y Fármacos, el organismo federal que regula la venta y consumo de alimentos y medicinas en el país, que todavía no ha decidido si va a obligar a las empresas de alimentos a reducir la sal.
Sin embargo, algunas empresas se han dado por aludidas y han decidido ponerse manos a la obra.
Sin más dilación, en mayo, el fabricante ketchup Heinz, el más consumido en Estados Unidos, acometió el primer gran cambio de la receta de esta popular salsa en los últimos 40 años, para reducir su contenido de sal en un 15%.
Según un informe de la Universidad de Stanford (California) si se logra reducir el consumo de sodio en un 9,5 por ciento, se evitaría casi medio millón de ataques cardiacos y derrames cerebrales, lo que supone un ahorro de 32.000 millones de dólares en gastos médicos.
EFE
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