Los miles de fetos fueron incinerados para convertir residuos clínicos en energía para calentar sus instalaciones. El Departamento de Salud ordenó la inmediata prohibición de esta práctica.
Por lo menos dos hospitales ingleses incineraron más de 15 mil fetos muertos por aborto natural, en el marco de un plan para la conversión de residuos clínicos en energía para calentar sus instalaciones, según una reciente investigación de la cadena televisiva Channel 4. A las madres se les comunicó simplemente que los fetos habían sido incinerados.
Uno de los principales hospitales públicos del país, Addenbrooke, en la localidad inglesa de Cambridge, llegó a incinerar 797 bebés de menos de 13 semanas de gestación
El otro centro fue el Isqwich, esta vez privado, que incineró 1.101 restos fetales entre 2011 y 2013 también con el objeto de utilizar los restos para la generación de energía
El programa Dispatches de la cadena citada informó que en los últimos dos años, al menos 15.500 restos fetales han sido incinerados por 27 organismos del Sistema Británico de Salud.
El Departamento de Salud ordenó la inmediata prohibición de este tipo de prácticas. Se informó también que a las parejas que optan por el aborto no se les consulta sobre el destino de los restos del feto.
En Inglaterra, cada año se producen 4.000 partos en los que el feto nace muerto. Uno de los responsables de la inspección en los hospitales del NHS, manifestó su decepción por que los centros no estén informando o consultando a las mujeres y sus familias sobre el destino de los abortos.
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