Niños en edad escolar sufre de malnutrición crónica, un mal que se refleja en la carencia de vitamina A y en una estatura inferior a la esperada.
Filipinas quiere cambiar los malos hábitos alimenticios de sus niños que prefieren las hamburguesas, a través de un programa que convierte los patios escolares en huertos para cultivar hortalizas.
Las autoridades quieren así alejar a los pequeños de las cadenas de comida rápida que proliferan por un país donde cada vez más pobres están obesos. Irónicamente un pollo frito en KFC cuesta menos que una verdura fresca del mercado.
En un invernadero del colegio de primaria de Santa Rita a las afueras de Manila, una decena de niños de once años remueven la tierra y arrancan las malas hierbas con cierto alboroto bajo la supervisión de su profesor de agricultura.
"Creo que a los niños les gusta cultivar, encuentran formas de jugar mientras realizan esta tarea, pero tengo que vigilarlos de cerca porque manejan una pequeña azada y otros instrumentos y podrían hacerse daño, una vez un niño golpeó por accidente a otro", explica el maestro, Romeo Macabulus.
Aunque la mayoría de los padres también están encantados con la iniciativa porque reciben alimentos gratis, Macabulus admite que algunos han protestado porque sus hijos salen del colegio más sucios de lo habitual.
Este programa experimental implementado por el Gobierno filipino en algunos colegios en 2010 persigue mejorar la dieta de los alumnos y limitar el consumo de comida rápida, muy popular en el archipiélago por la fuerte influencia de Estados Unidos.
Un reciente informe gubernamental alerta de que un tercio de los niños en edad escolar sufre malnutrición crónica, un mal que se refleja sobre todo en la carencia de vitamina A y en una estatura inferior a la que corresponde a su edad.
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