´Se ha demostrado que no se puede lograr ningún progreso en un país sin antes atajar los problemas sanitarios´, alertó Michel Kazatchkine, director ejecutivo del Fondo Mundial.
Lograr que no nazcan niños con VIH, conseguir que no haya casos de malaria, y reducir drásticamente el número de infectados con tuberculosis es factible si se mantienen y se incrementan los fondos para ello, una solicitud que el Fondo Mundial hará en la Cumbre de evaluación de los Objetivos del Milenio.
"Por primera vez podemos hablar de la posibilidad real de alcanzar los Objetivos del Milenio relacionados con la salud. La reunión de Nueva York es absolutamente crucial para determinar cómo será el mundo en el 2015", alertó hoy en rueda de prensa Michel Kazatchkine, director ejecutivo del Fondo Mundial sobre Sida, Malaria y Tuberculosis.
Entre el 20 y 22 de septiembre tendrá lugar en Nueva York una cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno para evaluar cómo avanza el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, unas metas de desarrollo socioeconómico establecidas por la ONU en el año 2000 para ser cumplidas antes del 2015.
El Fondo Mundial existe y trabaja para lograr el Objetivo número 6, la lucha contra las principales enfermedades infecciosas, para que éstas dejen de ser epidemias y se conviertan en dolencias residuales.
"Se ha demostrado que no se puede lograr ningún progreso en un país sin antes atajar los problemas sanitarios, por eso es esencial, y ahora es posible, conseguir enormes progresos en esta área, pero para ello debemos mantener el nivel de compromiso financiero para hacer frente a las demandas que tenemos", aclaró Kazatchkine.
El director ejecutivo señaló que, hace diez años, la tuberculosis y la malaria eran enfermedades que no se trataban y que arrasaban con las poblaciones que las padecían.
"En una década hemos logrado que haya una caída de entre el 50 y el 70 por ciento de casos de malaria en los 10 países donde la enfermedad es más endémica; hemos logrado detectar el 67 por ciento de casos de tuberculosis del mundo y tratar el 86 por ciento de ellos; y actualmente existen 2,8 millones de personas en tratamiento antirretroviral en el mundo en desarrollo".
"Estos son logros mayores y nos muestran que estamos en camino", agregó el directivo, quien recordó que uno de los principales objetivos es que desciendan por debajo del cinco por ciento los niveles de transmisión materno-infantil del VIH.
Asimismo, Kazatchkine aseguró que esperan que para el 2012 haya una cobertura mundial de mosquiteras impregnadas con insecticida, una de las principales armas de prevención de la malaria.
Con respecto al dinero que necesitarán para hacer frente a las demandas de los países, el Fondo cuenta con tres posibilidades: 20.000 millones de dólares, 17.000 o 13.000.
Para lograrlo, Kazatchkine espera una respuesta política al más alto nivel "que entienda que más allá de las restricciones financieras nacionales, es necesario mantener la ayuda porque es realista hablar de éxito".
Hasta la fecha, el 85 por ciento de los fondos con los que cuenta la organización provienen de países que conforman el G8; otro 10% de otros países occidentales como España o los escandinavos; y un 4% de donantes privados.
Una de las estrategias de este año ha sido intentar convencer a países emergentes de que se unan a los esfuerzos financieros, a pesar de que ellos sean receptores, como China e India, "para que haya una corresponsabilidad", aseveró Kazatchkine.
EFE
"Por primera vez podemos hablar de la posibilidad real de alcanzar los Objetivos del Milenio relacionados con la salud. La reunión de Nueva York es absolutamente crucial para determinar cómo será el mundo en el 2015", alertó hoy en rueda de prensa Michel Kazatchkine, director ejecutivo del Fondo Mundial sobre Sida, Malaria y Tuberculosis.
Entre el 20 y 22 de septiembre tendrá lugar en Nueva York una cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno para evaluar cómo avanza el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, unas metas de desarrollo socioeconómico establecidas por la ONU en el año 2000 para ser cumplidas antes del 2015.
El Fondo Mundial existe y trabaja para lograr el Objetivo número 6, la lucha contra las principales enfermedades infecciosas, para que éstas dejen de ser epidemias y se conviertan en dolencias residuales.
"Se ha demostrado que no se puede lograr ningún progreso en un país sin antes atajar los problemas sanitarios, por eso es esencial, y ahora es posible, conseguir enormes progresos en esta área, pero para ello debemos mantener el nivel de compromiso financiero para hacer frente a las demandas que tenemos", aclaró Kazatchkine.
El director ejecutivo señaló que, hace diez años, la tuberculosis y la malaria eran enfermedades que no se trataban y que arrasaban con las poblaciones que las padecían.
"En una década hemos logrado que haya una caída de entre el 50 y el 70 por ciento de casos de malaria en los 10 países donde la enfermedad es más endémica; hemos logrado detectar el 67 por ciento de casos de tuberculosis del mundo y tratar el 86 por ciento de ellos; y actualmente existen 2,8 millones de personas en tratamiento antirretroviral en el mundo en desarrollo".
"Estos son logros mayores y nos muestran que estamos en camino", agregó el directivo, quien recordó que uno de los principales objetivos es que desciendan por debajo del cinco por ciento los niveles de transmisión materno-infantil del VIH.
Asimismo, Kazatchkine aseguró que esperan que para el 2012 haya una cobertura mundial de mosquiteras impregnadas con insecticida, una de las principales armas de prevención de la malaria.
Con respecto al dinero que necesitarán para hacer frente a las demandas de los países, el Fondo cuenta con tres posibilidades: 20.000 millones de dólares, 17.000 o 13.000.
Para lograrlo, Kazatchkine espera una respuesta política al más alto nivel "que entienda que más allá de las restricciones financieras nacionales, es necesario mantener la ayuda porque es realista hablar de éxito".
Hasta la fecha, el 85 por ciento de los fondos con los que cuenta la organización provienen de países que conforman el G8; otro 10% de otros países occidentales como España o los escandinavos; y un 4% de donantes privados.
Una de las estrategias de este año ha sido intentar convencer a países emergentes de que se unan a los esfuerzos financieros, a pesar de que ellos sean receptores, como China e India, "para que haya una corresponsabilidad", aseveró Kazatchkine.
EFE
Comparte esta noticia