Esta investigación demuestra la complejidad del olfato que durante muchos años ha permanecido a la sombra de otros como la vista y el oído, considerados protagonistas de la percepción sensorial.
Un estudio realizado por la Universidad de Chicago (Estados Unidos) en 2014 y publicado por la revista 'PLoS One', determinó que la incapacidad de identificar ciertos olores puede ser un indicador precoz de fallecimiento en las personas mayores.
Para llegar a esta conclusión, los investigación, liderada por Jayant Pinto, contó con la participación de 3 000 personas de entre 57 y 85 años, a quienes se evaluó su capacidad para identificar cinco olores: menta, pescado, naranja, rosa y cuero.
Los resultados revelaron que un 39% de los pacientes de más edad no fueron capaces de identificar todos los aromas, siendo más propensos a fallecer cinco años después.
“La merma del sentido del olfato no causa directamente la muerte, pero es un presagio, un sistema de alerta temprana. Nuestro trabajo podría proporcionar una prueba clínica útil, una forma rápida y barata de identificar a los pacientes con mayor riesgo de fallecer”, explicó Pinto.
Esta investigación demuestra la complejidad del olfato que durante muchos años ha permanecido a la sombra de otros como la vista y el oído, considerados protagonistas de la percepción sensorial.
Pero eso no es todo, ya que un estudio anterior de la Escuela Médica de Harvard descubrió que las personas con niveles altos de placas seniles (depósitos proteicos que se forman en los cerebros con alzhéimer) tenían más dificultar para identificar los olores, además de sufrir un mayor índice de muerte neuronal.
La incapacidad de oler en edades avanzadas podría tener su origen en el deterioro neurológico asociado a esta enfermedad, que a menudo también afecta a las células nerviosas clave para el sentido del olfato.
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