Investigadores de la Universidad de Connecticut observaron a 120 niños de entre uno y seis años de edad y 30 niños de entre seis y 15 años autistas para el estudio,
Los niños menores de cuatro años y los autistas parecen ser insensibles a los bostezos contagiosos, el fenómeno por el cual una persona bosteza cuando ve a otra hacerlo, según un estudio publicado este miércoles en Estados Unidos.
Investigadores de la Universidad de Connecticut (noreste) observaron a 120 niños de entre uno y seis años de edad y 30 niños de entre seis y 15 años autistas para el estudio, cuyos resultados publica la revista Child Development.
Los investigadores descubrieron que aunque los bebés bostezan espontáneamente antes incluso de nacer, la mayoría de los niños son insensibles a los bostezos de los demás antes de los cuatro años.
El estudio también destaca que los niños que padecen autismo son menos susceptibles de reaccionar a los bostezos de los demás y que su sensibilidad a los bostezos es proporcional a su grado de autismo.
"Dado que el bostezo contagioso puede ser un signo de empatía, este estudio sugiere que la empatía y la imitación que la sostiene se desarrollan en los primeros años de vida, y que los niños que padecen autismo se pierden indicios sutiles que los unen emocionalmente a los demás", destacan los investigadores.
En el adulto, el bostezo contagioso es muy común: cerca de la mitad de la población es incapaz de resistirlo, destacan.
AFP
Investigadores de la Universidad de Connecticut (noreste) observaron a 120 niños de entre uno y seis años de edad y 30 niños de entre seis y 15 años autistas para el estudio, cuyos resultados publica la revista Child Development.
Los investigadores descubrieron que aunque los bebés bostezan espontáneamente antes incluso de nacer, la mayoría de los niños son insensibles a los bostezos de los demás antes de los cuatro años.
El estudio también destaca que los niños que padecen autismo son menos susceptibles de reaccionar a los bostezos de los demás y que su sensibilidad a los bostezos es proporcional a su grado de autismo.
"Dado que el bostezo contagioso puede ser un signo de empatía, este estudio sugiere que la empatía y la imitación que la sostiene se desarrollan en los primeros años de vida, y que los niños que padecen autismo se pierden indicios sutiles que los unen emocionalmente a los demás", destacan los investigadores.
En el adulto, el bostezo contagioso es muy común: cerca de la mitad de la población es incapaz de resistirlo, destacan.
AFP
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