El estudio reveló que el mantenerse aburrido y sin ocupaciones nos produce un mejor desarrollo de nuestra imaginación.
El mantenerse siempre activo en alguna situación en especial, no siempre resulta ser un indicativo de alto grado de desarrollo psicológico.
Al menos no lo es para Teresa Belta y Esther Priyadharshini, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), quienes han demostrado que estar siempre ocupados, sobre todo durante la infancia, impide desarrollar la imaginación.
Sucede todo lo contrario: aburrirse y no hacer nada es positivo para el cerebro.
Mientras nos mantenemos “frescamente” desocupados se activan unos circuitos neuronales que forman la llamada “red por defecto”, descubierta en 2011 por Raichel y Shculman.
Esta red es la causante del poder soñar despiertos, se ocupa de conectar experiencias y lecciones aprendidas en el pasado con planes futuros, crea narraciones imaginarias sobre nuestra propia vida encadenando los recuerdos y tiene una implicancia fundamental en el desarrollo de la imaginación.
No en vano, según las estadísticas afirman que entre el 60 y el 80% de la energía del cerebro se dedica “solamente” a mantener la conexión entre neuronas.
Hay que tener en cuenta que si bostezamos espontáneamente no es por aburrimiento, ni tampoco a causa del hambre, como se suele pensar.
Según ha demostrado un estudio de la Universidad de Princeton (EE UU) lo más probable es que tengamos los “sesos” demasiado caliente, ya que a nivel biológico el bostezo es un mecanismo que sirve para enfriar el cerebro.
Luego de leer esta publicación no se preocupe si se encuentra particularmente “inactivo” durante el transcurso de su rutina diaria. Bosteze sin limitaciones del “qué dirán”.
Recuerde que no hay mejor terapia para el cerebro que no hacer absolutamente nada. Pero no lo tome tan a pecho, recuerde que todo en exceso es dañino.
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