Los investigadores hallaron que las niñas son más propensas que los varones a desarrollar infecciones urinarias.
Si la orina de un niño tiene muy mal olor, los padres deberían consultar al médico para descartar una infección urinaria (IU), sugiere un nuevo estudio del centro hospitalario Sainte-Justine de Montreal en Canadá.
El equipo analizó información de 331 niños de entre 1 y 36 meses de edad, con signos de una posible IU atendidos en la sala de emergencias entre agosto del 2009 y abril del 2011.
A todos se les había realizado un análisis de orina y los adultos a cargo habían proporcionado información sobre la salud general de los niños y algunas cuestiones durante los dos días previos a la consulta, como el uso de antibióticos o el olor de la orina.
Al 15% de los niños (51) se les diagnosticó una IU. Los padres del 57% de esos pacientes habían señalado el mal olor de la orina los dos días anteriores. Pero el 32% de los padres de los niños sin una IU también lo habían mencionado.
Los investigadores también hallaron que las niñas eran más propensas que los varones a desarrollar IU, como así también los niños con una enfermedad en la que la orina pasa de la vejiga al tracto urinario superior.
Y aunque el equipo no halló una prueba sólida como para utilizar el olor de la orina para diagnosticar una IU, Gauthier concluyó: "Si la orina tiene un olor muy fuerte, el riesgo de tener una IU es un poco más alto", dijo la doctora Marie Gauthier, autora del estudio.
Sin embargo uno de los signos más importantes de una infección urinaria es la fiebre, incluso puede ser el único síntoma de una IU. "Además del olor, lo padres deben controlar también la temperatura de sus hijos" dijeron los expertos, según Reuters Health.
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