Según médico francés, hombre de 30 años que sufrió accidente en Francia volvería a trabajar en un año tras la operación, considerada ´una primicia mundial´.
El hombre al que le trasplantaron parte de la cara y de los dos antebrazos podrá llevar una "vida normal" y volver a trabajar en un año, según explicó uno de los cirujanos de los equipos médicos franceses que le operaron el pasado fin de semana en París.
"El objetivo es la reintegración social, el objetivo es la calidad de vida", subrayó el doctor Laurent Lantiéri en declaraciones al canal de televisión "France 2", en las que añadió que podría trabajar en el plazo de un año y tener una "vida social normal".
El médico, uno de los responsables de los dos equipos quirúrgicos de la sanidad pública gala que intervinieron al hombre en una operación que duró casi treinta horas y que se practicó los pasados 4 y 5 de abril, precisó que hará falta "esperar seis meses para ver la respuesta nerviosa".
El paciente, un hombre de 30 años, permanece en estado de coma inducido y evoluciona todo lo bien que se puede esperar después de tamaña operación, agregó el doctor.
Al paciente se le trasplantó "toda la parte de arriba de la cara, por encima de los labios: el cuero cabelludo, la nariz, las orejas, la frente y sobre todo los párpados", explicó ayer el equipo médico, cuando presentaron públicamente el éxito de una operación que calificaron como "una primicia mundial".
En concreto, Lantiéri subrayó la importancia del trasplante de los cuatro párpados, algo que no se había llevado a cabo hasta ahora y que implica un trabajo más "sutil" que el resto del rostro.
En total, cuarenta personas asistieron a la intervención, que es la sexta que afecta a un trasplante de cara en todo el mundo -y la cuarta vez que se hace en Francia-, pero la primera en la que además se trasplantan las manos.
El equipo del profesor Laurent Lantieri y del doctor Jean-Paul Meningaud se ocupó de la operación del rostro, mientras que la de las manos fue responsabilidad de otro encabezado por el doctor Christian Dumontier.
El primer trasplante parcial de rostro fue practicado precisamente en Francia, en noviembre 2005, a la francesa Isabelle Dinoire, a la que un ataque de un perro le había deformado la cara y quien, tras una dura recuperación, aprendió a gesticular, a comer y beber, y a pronunciar palabras. EFE
"El objetivo es la reintegración social, el objetivo es la calidad de vida", subrayó el doctor Laurent Lantiéri en declaraciones al canal de televisión "France 2", en las que añadió que podría trabajar en el plazo de un año y tener una "vida social normal".
El médico, uno de los responsables de los dos equipos quirúrgicos de la sanidad pública gala que intervinieron al hombre en una operación que duró casi treinta horas y que se practicó los pasados 4 y 5 de abril, precisó que hará falta "esperar seis meses para ver la respuesta nerviosa".
El paciente, un hombre de 30 años, permanece en estado de coma inducido y evoluciona todo lo bien que se puede esperar después de tamaña operación, agregó el doctor.
Al paciente se le trasplantó "toda la parte de arriba de la cara, por encima de los labios: el cuero cabelludo, la nariz, las orejas, la frente y sobre todo los párpados", explicó ayer el equipo médico, cuando presentaron públicamente el éxito de una operación que calificaron como "una primicia mundial".
En concreto, Lantiéri subrayó la importancia del trasplante de los cuatro párpados, algo que no se había llevado a cabo hasta ahora y que implica un trabajo más "sutil" que el resto del rostro.
En total, cuarenta personas asistieron a la intervención, que es la sexta que afecta a un trasplante de cara en todo el mundo -y la cuarta vez que se hace en Francia-, pero la primera en la que además se trasplantan las manos.
El equipo del profesor Laurent Lantieri y del doctor Jean-Paul Meningaud se ocupó de la operación del rostro, mientras que la de las manos fue responsabilidad de otro encabezado por el doctor Christian Dumontier.
El primer trasplante parcial de rostro fue practicado precisamente en Francia, en noviembre 2005, a la francesa Isabelle Dinoire, a la que un ataque de un perro le había deformado la cara y quien, tras una dura recuperación, aprendió a gesticular, a comer y beber, y a pronunciar palabras. EFE
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