Si una mosca se posa en un alimento cocido no es tan preocupante como cuando el alimento está crudo, explicaron especialistas.
Las patas de la mosca albergan hasta cinco millones de bacterias, además transportan microbios de los lugares fétidos en los que se posa, y el resultado final puede ser enfermedades como salmonela, tifus, cólera y lombrices intestinales.
Sin embargo, especialistas consultados por Elpais.com explicaron que si una mosca se posa en un alimento cocido no es tan preocupante como cuando el alimento está crudo.
Por ejemplo, si una mosca se sienta sobre un huevo que se está batiendo, es mejor cambiarlo. En cambio, si lo hace sobre una carne cocida o una fruta, no hay peligro.
“El problema es cuando los microbios que transportan entran en contacto con alimentos no cocinados y se dejan en condiciones favorables al cultivo de bacterias, por ejemplo, fuera del refrigerador”, explicó Enrique Baquero, zoólogo profesor e investigador de Biología Ambiental y Biodiversidad de la Universidad de Navarra.
De todas formas, los especialistas aconsejan que igual haya prevención y cuidado en que los alimentos estén limpios y en condiciones salubres, porque una mosca igual puede ser transmisor de patógenos.
“La mosca, que es una especie cosmopolita, no es peligrosa en sí, pero mecánicamente puede tener su importancia, si dejamos que transmitan esos patógenos en condiciones favorables, y eso pasa en los sitios donde la higiene es escasa”, sostuvo el zoólogo e investigador.
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