Niños con autismo tienen cerebros de tamaño normal al nacer, pero en última parte de su primer año de vida, amígdala comienza a crecer más, según investigador.
El tamaño de una parte específica del cerebro podría ayudar a que los especialistas determinen cuándo comienza el desarrollo del autismo, según un estudio que publica hoy la revista Archives of General Psychiatry.
El autismo es la condición más común dentro de un grupo de trastornos del desarrollo que incluye el síndrome de Asperger y el síndrome de Rett, y las autoridades de salud de Estados Unidos calculan que de tres a seis niños de cada 1.000 padecen autismo.
Los varones tienes cuatro veces más probabilidades de tener autismo que las niñas. La edad media del diagnóstico de autismo es tres años, y hay un promedio de 67 diagnósticos de autismo cada día.
La amígdala cerebral es un conjunto de núcleos de neuronas localizado en la profundidad de los lóbulos temporales de los vertebrados complejos, incluidos los humanos.
La amígdala forma parte del sistema que opera las respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales y está relacionado con la memoria, la atención, los instintos sexuales, las emociones, la personalidad y la conducta.
El artículo señala que estudios anteriores habían dado cuenta de un agrandamiento del volumen de la corteza cerebral en niños de 2 a 4 años con autismo, pero poco se sabía del volumen de las subregiones cerebrales durante este período de desarrollo.
Los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte estudiaron a cincuenta niños autistas y 33 en el grupo de control (11 con retrasos de desarrollo y 22 con desarrollo típico) con edades de 18 a 35 meses, e hicieron un seguimiento hasta las edades de 42 a 59 meses.
"Se observó el agrandamiento de la amígdala en los sujetos con autismo, tanto a los dos como a los cuatro años de edad", indicó el estudio. "También se observaron cambios significativos de volumen en el tiempo, aunque la tasa de cambio no fue diferente entre los grupos".
Mediante el uso de imagen de resonancia magnética los investigadores determinaron que, en promedio, la amígdala cerebral era un 13 por ciento más grande en los niños con autismo que en los del grupo de control.
"Creemos que los niños con autismo tienen cerebros de tamaño normal al nacer, pero a alguna altura en la última parte de su primer año de vida, la amígdala comienza a crecer más en los que padecen autismo", indicó el investigador principal Joseph Piven. EFE
El autismo es la condición más común dentro de un grupo de trastornos del desarrollo que incluye el síndrome de Asperger y el síndrome de Rett, y las autoridades de salud de Estados Unidos calculan que de tres a seis niños de cada 1.000 padecen autismo.
Los varones tienes cuatro veces más probabilidades de tener autismo que las niñas. La edad media del diagnóstico de autismo es tres años, y hay un promedio de 67 diagnósticos de autismo cada día.
La amígdala cerebral es un conjunto de núcleos de neuronas localizado en la profundidad de los lóbulos temporales de los vertebrados complejos, incluidos los humanos.
La amígdala forma parte del sistema que opera las respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales y está relacionado con la memoria, la atención, los instintos sexuales, las emociones, la personalidad y la conducta.
El artículo señala que estudios anteriores habían dado cuenta de un agrandamiento del volumen de la corteza cerebral en niños de 2 a 4 años con autismo, pero poco se sabía del volumen de las subregiones cerebrales durante este período de desarrollo.
Los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte estudiaron a cincuenta niños autistas y 33 en el grupo de control (11 con retrasos de desarrollo y 22 con desarrollo típico) con edades de 18 a 35 meses, e hicieron un seguimiento hasta las edades de 42 a 59 meses.
"Se observó el agrandamiento de la amígdala en los sujetos con autismo, tanto a los dos como a los cuatro años de edad", indicó el estudio. "También se observaron cambios significativos de volumen en el tiempo, aunque la tasa de cambio no fue diferente entre los grupos".
Mediante el uso de imagen de resonancia magnética los investigadores determinaron que, en promedio, la amígdala cerebral era un 13 por ciento más grande en los niños con autismo que en los del grupo de control.
"Creemos que los niños con autismo tienen cerebros de tamaño normal al nacer, pero a alguna altura en la última parte de su primer año de vida, la amígdala comienza a crecer más en los que padecen autismo", indicó el investigador principal Joseph Piven. EFE
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