Solemos confiar mucho en los medicamentos, sus componentes tienen la cura para nuestros males, sin embargo también pueden generar reacciones adversas, algo que debe ser reportado.
El médico no solo debe prescribir un medicamento, también debe estar al tanto de las reacciones adversas que pueda causar en el paciente, un practica no muy difundida, la "Farmacovigilancia" debe ser aplicada entre los profesionales de la salud para un mejor control.
“Se denomina reacciones adversas a los medicamentos (RAM) a cualquier efecto no esperado que surge en la persona durante un tratamiento normal que cumple estrictamente con la dosis y horarios prescritos", dijo Victor Dongo, director de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid).
Sobre el particular, Dongo informó que la cantidad de notificaciones se ha incrementado en el último año en 16%, teniendo en cuenta que en el 2010 durante el mismo periodo de tiempo no se registraron más de 2,212.
Esto demostraría que cada vez más profesionales de la salud se comprometen en reportar nuevas incidencias de efectos adversos a los medicamentos en sus centros de salud, hospitales e institutos
Dongo recordó que las reacciones adversas son de lo más variadas: pérdida del apetito, náuseas, diarreas, vómitos, erupciones cutáneas, sudores, úlceras, sangrado, anemia, entre otros.
La "Farmacovigilancia" no sólo es trabajo de los doctores, también el paciente deben exigir conversar sobre los efectos negativos de las medicinas.
Al respecto el director de la Digemid explicó que algo que deben hacer los doctores es enumerar al paciente los efectos secundarios de las medicinas, además de explicarles la dósis y los horarios.
Finalmente invocó a los profesionales de la salud a seguir llenando los formatos correspondientes -tarjetas amarrillas- que constituyen el único sistema que permite consolidar esta información para establecer las acciones correctivas con las medicinas.
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