Dos estudios pueden haber encontrado el futuro del tratamiento contra los derrames cerebrales.
Una novedosa técnica que consiste en la extracción de coágulos de sangre a través de pequeñas redes puede convertirse en un futuro tratamiento para pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular, revelan dos estudios de la Universidad de California, en Estados Unidos.
Hasta ahora se han utilizado algunas técnicas para reabrir los vasos sanguíneos o medicamentos para disolver los coágulos, pero se deben tomar en las horas posteriores al derrame y no son apropiados para todas los afectados.
Como se sabe, estos coágulos bloquean los vasos sanguíneos evitando que el oxígeno llegue al cerebro, lo que genera síntomas como parálisis o pérdida de la capacidad del habla.
En alguna ocasión se había probado la extracción del coágulo pasando una sonda desde la ingle hasta el cerebro, donde un cable atraviesa el coágulo formando una espiral que le permite retirarlo.
En los métodos más nuevos, una minúscula caja metálica se utiliza en vez del espiral para empujar el coágulo contra las paredes de la arteria y enredar el coágulo en los cables metálicos, lo que les permite a los médicos sacar el coágulo por la ingle.
Para comparar su eficacia, se probó en 113 pacientes y se observó que el 58% presentaba un buen funcionamiento del cerebro después de tres meses y una tasa de muerte más baja, un 33% menos que aquellos pacientes en los que se usó el método de espiral.
Además, otro estudio realizado en 178 pacientes encontró que éstos tienen casi el doble de probabilidad de vivir de manera independiente después del tratamiento.
"Los fármacos que disuelven los coágulos sólo reabren parcialmente el 40% de las arterias bloqueadas. Estos dispositivos reabren entre el 70 y el 90% de grandes arterias bloqueadas", explicó Jeffrey Saver uno de los investigadores del proyecto.
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