Un bebé que tiene frecuentemente un chupón en la boca tiene limitada su capacidad para imitar nuestra gestualidad, según experta.
El uso frecuente del chupón en bebés varones puede alterar la capacidad del niño para ser emocionalmente maduro, revela una investigación de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos.
Según la revista Basic and Applied Social Psychology, la tesis de este trabajo sostiene que el uso frecuente del chupete evita que los bebés experimenten y desarrollen su expresividad facial cuando son jóvenes.
Según los autores del estudio, un bebé que tiene frecuentemente un chupón en la boca tiene limitada su capacidad para imitar nuestra gestualidad, y por lo tanto también tendrá limitaciones para comunicarse y aprender a comunicarse.
El estudio, dirigido por Paula Niedenthal, parte de la idea ya conocida de que los seres humanos tendemos a imitar las acciones de los demás. Es proceso es aún más intenso en los primeros años de nuestro desarrollo. Ese aprendizaje imitativo incluye las expresiones faciales y el lenguaje corporal.
Los resultados del estudio de la profesora Niedenthal abundan en algo ya observado en las personas que se han inyectado bótox en el rostro (inmovilizan en parte los músculos faciales). La consecuencia del bótox es que tienen una menor capacidad de expresar emociones gestualmente y por ello también tienen dificultad para reconocer esas emociones en los demás.
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