La llegada de la pandemia de la COVID-19 ha llevado a la estrategia de salud a volcar sus mayores esfuerzos en contener la crisis sanitaria por el nuevo coronavirus, dejando a otras enfermedad, como el cáncer, en segundo plano. ¿Cómo ha sido el diagnóstico y tratamiento oncológico en estos meses de pandemia?
El impacto de la COVID-19 ha sido innegable: desde el cambio en nuestras rutinas, hasta la forma en que accedemos a un tratamiento médico. En el caso de los pacientes oncológicos, la pandemia ha hecho que 74 mil casos no fueran atendidos hasta junio de 2020, según datos del estudio “Impacto del COVID-19 en la continuidad de tratamientos médicos” realizado por Apoyo Consultoría.
La investigación estima que las atenciones de pacientes oncológicos en establecimientos de salud públicos se redujeron durante la pandemia ya que “la grave crisis sanitaria en el país ha imposibilitado que pacientes de otras enfermedades (diferentes a la infección por nuevo coronavirus) reciban una atención médica adecuada en los últimos meses”.
Miguel Figallo, director de Proyectos del Área de Consultoría Económica de APOYO Consultoría, menciona que, de acuerdo a sus datos, durante la crisis sanitaria se ha restringido los diagnósticos y discontinuado los tratamientos de pacientes con Enfermedades No Transmisibles, entre ellas, el cáncer.
“La caída del 70% de casos atendidos no es una estimación, son datos oficiales del Minsa. De hecho, son datos que se han reportado hasta junio y que si uno ve la tendencia tiene una caída muy grande en abril y, posteriormente a ello, se van recuperando poco a poco. Sin embargo, lamentablemente lo dejaron de reportar. Esperamos que esta tendencia vaya recuperándose poco a poco y si la proyectamos, digamos la tendencia de los últimos meses en una senda optimista hacia el final del año se habrán dejado de atender un tercio de casos en todo el 2020 en comparación con el 2019”, menciona.
En el estudio se resalta también que el 93% de pacientes oncológicos no tienen acceso a tratamientos o medicamentos en su domicilio, según cifras del Ministerio de Salud. Además, que el 48% de los pacientes, es decir más de 13 mil personas, vieron agravada su enfermedad durante la pandemia.
“La pandemia ha estresado a todos los sistemas salud, no solo al peruano. Lo que sucede en el caso peruano es que nos ha encontrado más desprotegidos que otros sistemas de salud y la recuperación ha sido más lenta, de hecho, todavía nos estamos recuperando y generando nuevas formas de atender a los pacientes de manera ambulatoria”, explica.
La doctora Gabriela Calderón, oncóloga de Clínica Internacional, menciona que debido a la falta de chequeo preventivos “la detección temprana y el diagnóstico precoz de los pacientes se ha visto o significativamente disminuidos”.
“(En el caso de) los pacientes que ya han sido diagnosticados están siendo atendidos tardíamente, lo cual podría condicionar que en el año 2020 podamos superar los 40 mil casos de muertes por cáncer. Esto tiene un impacto muy importante en las posibilidades de vida y curación de los pacientes. Aproximadamente entre marzo y junio, 35% de pacientes dejó de recibir atención especializada y un 70% de pacientes perdió o reprogramó sus citas. Simplemente en las instituciones más grandes, tanto públicas como privadas, durante los 3 primeros meses se atendieron las emergencias y se continuó con los tratamientos que eran prioritarios y que eran sensibles al tiempo y que definitivamente iban a repercutir en el tiempo de vida del paciente”, afirma.
El oncólogo Luis Vera, presidente de la Sociedad Peruana de Oncología Médica, sostiene que el diagnóstico oncológico requiere muchos exámenes y procedimientos que demandan infraestructura hospitalaria necesariamente.
“Al inicio de la pandemia se suspendieron muchas de las actividades programadas en pacientes nuevos porque la mayoría de la infraestructura hospitalaria se concentró en la atención de los pacientes COVID-19, se suspendieron cirugías oncológicas programadas, tratamientos de quimioterapia o radioterapia. En muchos casos optaron por tratamientos menos agresivos o que implicaban menos visitas a los centros de salud. En otras palabras, muchos pacientes con cáncer han visto retrasados sus tratamientos y muchos, lamentablemente, han recaído o han sufrido un deterioro mayor en su estado de salud”, resalta.
La oncóloga Anneliese Alvarado también explica que al inicio de la pandemia se suspendieron temporalmente los exámenes auxiliares diagnósticos y el tratamiento de pacientes oncológicos.
“Desde un inicio se priorizó el aislamiento tanto en pacientes oncológicos como en pacientes con otras patologías. Entonces, definitivamente, desde el inicio ha habido un retraso en sus diagnósticos y en sus tratamientos oportunos, lo cual ha conllevado definitivamente a un perjuicio terrible en nuestros pacientes”, menciona.
COVID-19, DIAGNÓSTICOS Y TRATAMIENTOS
En los últimos meses, una de las principales preocupaciones de pacientes- oncológicos o no- es asistir a los establecimientos de salud por temor a contagiarse con el nuevo coronavirus.
Calderón menciona que durante los primeros seis meses de pandemia, “todas las instituciones relacionadas a la atención y el diagnóstico temprano del cáncer, tanto públicas como privadas, hemos seguido las recomendaciones publicadas a nivel mundial”.
“Sabemos que cuando uno realiza un diagnóstico temprano, las posibilidades de curación son mayores. Por ejemplo, en el cáncer de mama si no realizamos una mamografía y logramos detectar que existe, podríamos detectar tempranamente un carcinoma de mama en un estadio inicial, en un estadio 0, altamente curable. Lo mismo ocurre con todos los tipos de cáncer que pueden ser diagnosticados a través de estos chequeos preventivos en personas que son asintomáticas”, menciona.
Vera resalta que durante los primeros meses de la pandemia “no se han realizado muchos exámenes programados como tomografía, biopsia, cirugías oncológicas para el diagnóstico oportuno del cáncer y ahora estamos viendo a estos pacientes que acuden a los centros hospitalarios con su enfermedad más avanzada y mayor deterioro en su estado de salud”, afirma.
Por su parte, Alvarado menciona que para la población oncológica como para los pacientes que se hacen despistares es una prioridad que anualmente se desarrollen una serie de exámenes que demandan el involucramiento de diversas especialidades como gastroenterología, por ejemplo.
“Por la pandemia, no ha sido posible. En el transcurso de los meses, las diversas instituciones -tanto del sector público de salud (Minsa), como el mismo sector privado- han ido de acuerdo a los protocolos indicados por el Ministerio. […] Todos estos exámenes durante la pandemia, al inicio, se han visto suspendidos y posteriormente con las medidas que se han tomado se están reintegrando a la atención de manera paulatina de acuerdo a cada institución”, afirma.
TELEMEDICINA PARA PACIENTES ONCOLÓGICOS
Las teleconsultas se volvieron las aliadas de los médicos para atender de manera remota a los pacientes, en medio de la pandemia de la COVID-19. Calderón menciona que según el reporte de la Organización Mundial de la Salud, “el 58% de países de todo el mundo está utilizando la telemedicina para la resolución de problemas de salud en cáncer y otro tipo de patologías en el Perú, tanto en pública y privada”.
“En los primeros 15 días del mes de abril, en la parte pública, específicamente en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN)- que es donde yo laboro- iniciamos la telemedicina, monitorizando y llamando a pacientes que tenían pendientes resultados de exámenes, pacientes que tenían tratamientos por cáncer de mama y quiénes necesitaban su medicación como bloqueadores hormonales, pacientes que tenían pendiente sus citas de resultados y esto se ha ido dando progresivamente hasta hacerse prácticamente parte de la atención que tenemos actualmente todos los días”, mencionó.
Vera explica que la telemedicina es una herramienta tecnológica que facilita el control y seguimiento de los pacientes crónicos, pero no así para los pacientes de diagnóstico reciente.
“La telemedicina se ha implantado desde los primeros meses de la pandemia en alguno de los hospitales del país. En el hospital Honorio Delgado de EsSalud donde yo laboro se inició la atención por telemedicina desde el 25 de marzo y a la fecha se han atendido aproximadamente 3 mil pacientes oncológicos, que se encuentran estables y en control o en seguimiento, tomando alguna medicación oral, que a su vez se les ha hecho llegar hasta su casa en vía delivery especializado”, afirma.
ESTADO ANÍMICO
La crisis sanitaria por el nuevo coronavirus también ha impactado el estado anímico de los pacientes diagnosticados con cáncer. Calderón explica que la pandemia ha traído incertidumbre, “alterando nuestra rutina diaria, ha traído consigo presiones económicas, aislamiento social”.
“El paciente con cáncer se preocupa porque puede ser más sensible a enfermar por COVID- 19 tiene temor y no sabe cuánto tiempo durará la pandemia, qué le depara el futuro. Durante la pandemia, el paciente y muchos de nosotros estamos con estrés, podemos desarrollar trastornos de ansiedad, miedo, tristeza, soledad y es posible que todos los trastornos de salud mental empeoren sobre todo la ansiedad y la depresión en pacientes con cáncer”, resalta.
La especialista aconseja que se puedan aprender estrategias para autocuidado como cuidar nuestro cuerpo. “Los pacientes con cáncer deben aprender a que deben dormir lo suficiente, alimentarse adecuadamente, realizar regularmente actividad física, evitar el tabaco, el alcohol, las drogas, limitar el tiempo de exposición a dispositivos electrónicos sobre todo 30 minutos antes de dormir, relajarse y elaborar una rutina diaria. Es importante el apoyo de la familia, concentrarse en pensamientos positivos, establecer sus prioridades como cumplir sus tratamientos. Es muy importante que los pacientes continúen en sus tratamientos. La familia es fundamental, también los amigos son fundamentales en este tiempo, ellos van a hacer que la autoestima se eleve”, sostiene.
Vera resalta que “muchos de estos pacientes requieren o van a requerir el apoyo de terapeutas especializados, pero el soporte de la familia es lo más importante”. “La unidad familiar genera más confianza y seguridad y permite enfrentar los problemas de salud con más esperanza y entereza”, finaliza.
Comparte esta noticia