En muchas ocasiones se ha dicho que beber agua durante las comidas puede interferir con el proceso digestivo y afectar negativamente la absorción de nutrientes. Sin embargo, esta creencia popular ha generado dudas entre quienes se preocupan por su salud digestiva. ¿Qué tan cierto es este mito?
Salud
Beber agua durante las comidas no afecta negativamente la digestión, dice especialista en nutrición
Se ha difundido la creencia de que beber agua durante las comidas es malo, porque interfiere con la correcta digestión de los alimentos. Sin embargo, esta idea no tiene respaldo científico, ya que no existen pruebas que demuestren que el agua interfiere de manera significativa en la acidez gástrica ni en la capacidad del estómago para digerir los alimentos de forma eficiente.
"Si bien en el momento que tú bebes agua puede haber una ligera alteración del jugo gástrico, el cuerpo secreta nuevamente el ácido suficiente para poder nivelar y mantener el proceso de digestión. De manera que beber agua durante las comidas, respecto a la digestión, no tiene un impacto negativo", sostiene la nutricionista Sara Abu Sabbah.
"Es más, beber agua con las comidas va a ayudar al proceso de digestión, porque va a hacer que se facilite ese movimiento del bolo alimenticio en el estómago y, además, va a ablandar el alimento y va a facilitar la digestión", resalta la especialista.
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Cabe señalar que las bebidas gaseosas contienen sustancias que pueden resultar irritantes para la mucosa gástrica
Cabe señalar que el consumo de líquidos durante las comidas puede provocar una sensación de saciedad más rápida, lo que puede llevar a comer menos. Esto puede ser preocupante en ciertos grupos, como los niños pequeños en etapa de crecimiento y en los adultos mayores que, a menudo, enfrentan dificultades para mantener un apetito suficiente.
En estos casos, es recomendable que el consumo de bebidas se realice después de terminar la comida o, si se prefiere antes, aproximadamente media hora antes de iniciar la comida, en pequeños sorbos. No se aconseja tomar un vaso completo de líquido justo antes de comer, ya que ocupa espacio en el estómago y sería necesario esperar que termine de pasar para luego comer y no afectar el apetito.
Otro aspecto importante para considerar es el tipo de líquido que se va a consumir durante la comida. La especialista en nutrición señala que no es lo mismo beber un vaso de chicha morada que un jugo de fruta o un jugo azucarado, ya que estos últimos no solo aportan líquidos, sino también una carga significativa de nutrientes como azúcares libres. Estos azúcares pueden generar una sensación de saciedad, lo cual podría afectar el apetito.
En cuanto a las bebidas gaseosas, es importante tener en cuenta que contienen sustancias que pueden resultar irritantes para la mucosa gástrica. Además, el gas presente en estas bebidas ocupa un espacio en la cavidad del estómago, lo cual puede provocar que la sensación de saciedad se presente de forma precoz.
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