Nuevos hallazgos publicados en una prestigiosa revista médica podrían cambiar la forma en que se aborda el deterioro cognitivo en adultos vulnerables.
Un reciente estudio publicado en la Journal of the American Medical Association (JAMA) ha arrojado luz sobre métodos efectivos para disminuir el deterioro cognitivo en adultos. La investigación, considerada una de las más importantes en este campo, destaca la importancia de adoptar un estilo de vida saludable como medida preventiva contra enfermedades como el Alzheimer y otras demencias.
El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, explicó que las funciones cognitivas incluyen la memoria, el pensamiento y el razonamiento. Cuando estas funciones se deterioran, las personas pueden enfrentar problemas como olvidos frecuentes, dificultad para aprender cosas nuevas y desorientación en el tiempo y espacio.
Metodología del estudio
El estudio incluyó a 2,111 personas con alto riesgo de desarrollar demencia, debido a factores como el sedentarismo, una mala alimentación, antecedentes familiares y predisposición genética. Los participantes fueron divididos en dos grupos.
Uno de ellos recibió sesiones estructuradas durante 38 semanas con especialistas que les guiaron en actividades para estimular el cerebro, mantener una dieta saludable y realizar ejercicio físico. El otro grupo recibió solo recomendaciones generales.
Dos años después, los resultados fueron contundentes. El grupo que siguió un estilo de vida saludable mostró un deterioro cognitivo significativamente menor y más leve en comparación con el grupo que no recibió estas intervenciones estructuradas.
"En adultos mayores con riesgo de deterioro cognitivo y demencia, una intervención estructurada de mayor intensidad tuvo un beneficio estadísticamente significativo mayor en la cognición global, en comparación con una intervención no estructurada y autoguiada", concluyó el estudio, tras los resultados.
Importancia de un estilo de vida saludable
Según el Dr. Huerta, este es el primer estudio que proporciona evidencia sólida de que mantener un estilo de vida saludable puede retrasar el avance del deterioro cognitivo. Las recomendaciones incluyen una alimentación balanceada, ejercicio físico regular, mantenerse socialmente activo y dormir adecuadamente.
Estos hallazgos refuerzan las recomendaciones que los expertos han promovido constantemente: tener hábitos saludables no solo beneficia al cuerpo, sino también al cerebro, ofreciendo una protección efectiva contra el deterioro cognitivo en el futuro.
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