La apendicitis es una emergencia quirúrgica que puede generar complicaciones graves si no se detecta a tiempo. Reconocer sus síntomas y acudir al médico de inmediato es fundamental para evitar riesgos mayores, pero ¿cómo podemos identificar a tiempo los signos de esta peligrosa condición? El doctor Elmer Huerta brinda detalles en esta nota.
En medicina, el diagnóstico de enfermedades que afectan la salud humana, como la apendicitis, la diabetes o el cáncer, se basa en la identificación de síntomas típicos y atípicos. Los síntomas típicos son aquellos que se presentan con mayor frecuencia en los pacientes, mientras que las presentaciones atípicas pueden manifestarse de manera menos común o con signos poco característicos. Es fundamental que el médico esté atento a ambas formas de presentación, ya que un enfoque limitado podría llevar a errores diagnósticos, impidiendo así la correcta identificación y tratamiento de la afección que padece el paciente.
Lo típico de la apendicitis, que ocurre en aproximadamente el 80% de los casos, es que se presente entre los 10 y 30 años de edad. Generalmente, la persona comienza el día sintiéndose algo cansada o destemplada, sin apetito y experimenta un dolor en la boca del estómago. Este dolor tiende a intensificarse con el transcurso de las horas y se traslada hacia el lado derecho de la parte baja del vientre. A este dolor pueden sumarse síntomas como fiebre, diarrea y vómitos, lo cual es un claro indicador para buscar atención médica.
Al acudir al doctor, se realiza un diagnóstico basado en las preguntas correspondientes, y se verifica si se trata de una apendicitis súbita, ya que esta afección no es algo que se arrastra por meses, sino que puede desarrollarse de manera repentina, generalmente a lo largo de una mañana.
Una vez que el doctor ha recabado la información necesaria, procede a realizar un pequeño examen físico al paciente. Este examen consiste en colocar sus manos en la parte alta del abdomen, justo en la boca del estómago, y ejercer una leve presión mientras desciende los dedos hacia el lado derecho de la parte baja del abdomen, con el objetivo de detectar cualquier dolor en la zona. Si se observa sensibilidad o dolor, el médico puede decidir ordenar estudios adicionales, como un sonograma o una tomografía, para confirmar si el apéndice está inflamado y si se trata de una apendicitis.
Existen casos en los que algunas personas presentan síntomas atípicos de la apendicitis, lo que puede dificultar el diagnóstico. Por esta razón, es fundamental que el médico mantenga una comunicación estrecha con el paciente, realizando un seguimiento detallado de sus síntomas y recabando toda la información relevante. Esto permitirá al médico diferenciar si se trata de una apendicitis u otra afección similar, asegurando así un diagnóstico preciso y oportuno.
"Lo básico es la comunicación y que el médico le exprese al paciente sus impresiones y sus dudas para que trabajen juntos, porque de eso se trata la medicina: de trabajar juntos médico y paciente para la salud de la persona", dice el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP.
¿Qué pasa si no se atiende a tiempo una apendicitis?
Si se trata de una apendicitis, en las próximas 12 horas puede empezar a hincharse y aparecer pus en el apéndice. Es posible que este reviente y su contenido, que son excrementos, se derramen dentro de la cavidad abdominal y se produzca una grave complicación llamada peritonitis por ruptura de apéndice, lo cual obliga a realizar una cirugía en la cual se debe lavar la parte interna del abdomen y extraer el apéndice.
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