Aunque la mayoría de enfermedades del corazón no presentan síntomas, estar atentos a una serie de casos puede ayudarnos a prevenir un infarto cardíaco.
El ministro de Defensa, José Huerta, murió este lunes tras sufrir un infarto durante una visita oficial a Amazonas, según fuentes de RPP Noticias. Los infartos son la primera causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más de 5 mil peruanos mueren al año por esa causa. Lima es la región con más casos registrados (superando los 3 mil casos anuales). Si bien nadie está libre de sufrirlo, existen algunos factores de riesgo que incrementan las posibilidades de padecer un infarto como la hipertensión arterial, diabetes, obesidad y el consumo de tabaco en exceso. La prevención es vital.
“Es importante realizarse el chequeo médico anual: una entrevista con un especialista. Averiguamos allí si el paciente era fumador o si presenta lesiones antiguas que no considera importantes. De acuerdo a lo que encontremos se puede establecer el plan de exámenes y/o procedimientos adicionales (electrocardiograma, laboratorio, prueba de esfuerzo, ecocardiografia, etc.) para mantener monitoreado al paciente y a partir de los 40 años deben acudir al médico por lo menos una vez al año”, comenta Raúl Rivera, cardiólogo de SANNA Clínica El Golf.
Si bien en su mayoría las enfermedades del corazón no presentan síntomas previos, algunos factores podrían alarmarnos sobre un posible infarto.
1. Psoriasis
El diagnóstico de esta enfermedad de la piel está relacionada con la probabilidad de tener un paro cardíaco. Un estudio de la international Journal of Cardiology concluye que existe una relación entre la inflamación crónica que presentan los pacientes con psoriasis y los casos de infartos o accidentes cerebrovasculares. Además, explican que la eficacia de los tratamientos farmacológicos para tratar esta enfermedad dermatológica reduce el riesgo de padecerla.
2. Contaminación ambiental
Algunos males cardíacos, como los infartos, pueden tener un origen relacionado a la contaminación de las grandes ciudades y la exposición a los gases tóxicos de la atmósfera. ¿La razón? El aire contaminado incrementa los niveles de azúcar en la sangre, uno de los factores que fomenta un infarto.
3. Consumo excesivo de analgésicos
Una práctica común entre muchas personas es la automedicación con fármacos que parecen inofensivos. Sin embargo, analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol, consumidos para atenuar síntomas de gripe o dolor, aumenta el riesgo de sufrir un infarto en 3.4%. La dosis y el tratamiento para curarse de una gripe siempre debe ser recetado por un especialista.
4. Dolor en el hombro
Aunque no sea una ley escrita en piedra, las personas que sufren de dolor en el hombro constante tienen más posibilidades de padecer una enfermedad coronaria. Así lo confirma una investigación publicada en el Journal of Occupational and Environmental Medicine.
5. Contaminación sonora
La exposición cotidiana a sonidos estruendosos perjudica nuestra salud cardíaca. Según un estudio del Colegio Americano de Cardiología, las personas que escuchan constantemente ruidos agudos y de altos decibeles son más propensos a padecer de insuficiencias cardíacas o arritmias, además de sufrir de hipertensión arterial, factores que pueden desencadenar un infarto.
Comparte esta noticia