Al contrario de lo que la mayoría piensa, el contacto visual puede ser un comportamiento intencional que se utiliza para sostener una mentira.
Vivir bien
Mirada
Que "los ojos son la ventana del alma" tiene una base científica, porque a través de miradas podemos decir sin palabras aquellos que pensamos o sentimos. Es cierto también que, con entrenamiento, podemos descifrar ese tipo de comunicación no verbal.
Según un estudio hecho por psicólogos japoneses de la Universidad de Kyoto, elaborar un discurso complejo puede hacer que no exista contacto visual con el interlocutor, y no necesariamente debemos asumir que la persona nos miente.
"Cuanto más complicada es la historia que estás contando (o la excusa que estás elaborando), más difícil se hace mantener el contacto visual", señala la investigación.
Cuando se trata de mirar a otra persona, nuestros ojos suelen trabajar en automático. Va a depender de cuan enfocados o distraídos estemos. "Uno puede detectar en la mirada, hostilidad, amabilidad, asombro, cólera. Los ojos sí van a transmitir -de forma automática- emociones de aceptación o de rechazo", señala el médico psiquiatra Humberto Castillo.
Al contrario de lo que la mayoría piensa, la mirada fija puede ser un comportamiento intencional que se utiliza para sostener una mentira.
"Los que mienten tienen un deseo mayor de resultar convincentes, lo que les inclina a observar al interlocutor para comprobar que les están creyendo", asegura un artículo publicado en el Journal of Nonverbal Behavior.
Hay señales que nos indican cuándo una expresión no es auténtica. "Cuando miran fijamente y es intencional, no parpadean y los ojos están rígidos; pero cuando es algo espontáneo, los ojos sí se mueven un poco, no miran directamente, sino que se orienta a los alrededores", dice Castillo.
El especialista aclara que durante una conversación la mirada va 'paseando' de acuerdo a como avanzan las emociones. "Cuando se enfocan en los ojos, se transmite un mensaje categórico, enfático, se delimita la comunicación entre dos personas, pero son miradas cortas".
Hay señales que no se pueden controlar voluntariamente. "Hay microexpresiones que son imposibles de disimular, pueden denotar asombro, asco, rechazo, miedo, expectativa. Son de muy corta duración. La respuesta emocional es mucho más rápida que la racional, por eso mientras pensaste, tu rostro ya lo expresó".
Pero con mucha atención y entrenamiento podemos detectar miradas que engañan. "Si se presta atención y se entrena en la lectura de gestos, sí podemos darnos cuenta de las emociones de otros y darnos cuando están simulando. Se puede entrenar para producir y leer gestos".
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