La científica descubrió las ondas electromagnéticas que emiten las estrellas gigantes llamadas cuásares. Cuando era adolescente, los profesores de la escuela secundaria no le permitieron estudiar ciencias también por ser mujer.
Hace una semana la astrofísica Jocelyn Bell Burnell ganó el Premio de Física Fundamental por su descubrimiento de los pulsares, las ondas electromagnéticas que emiten cada cierto tiempo (1.3 minutos) las estrellas gigantes del universo, los cuásares.
El premio consistió en un promedio de 3 millones de dólares americanos, sin embargo, la científica donó la cantidad total del reconocimiento a una fundación que fomenta la carrera de las ciencias en las mujeres.
¿Por qué Burnell hizo esto? Su historia de vida explica que para que con las mujeres del presente no se repitan los múltiples obstáculos que la científica encontró para estudiar astrofísica solo por ser mujer, según informó el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta, en el programa de La Rotativa del Aire.
La científica nació en 1945 y a sus 12 años había sido capaz de leer todos los libros sobre astronomía de su padre y de ese tiempo acogió el concepto del universo y su interés por estudiarlo.
Al mostrarles su interés a sus profesores de la escuela secundaria, ellos le argumentaron que no era posible porque para las niñas estaban hechos lo cursos de cocina y costura, y para los niños los de ciencias. No obstante, gracias al apoyo de sus padres, Burnell junto a dos compañeras más lograron acceder a los cursos de ciencias. “Resultó la primera en su clase en la escuela secundaria”, precisa Huerta.
Las barreras de género continuaron en la educación superior. Cuando Jocelyn Burnell llegó a la Universidad de Glasgow, era la única alumna en física en la clase llena de hombres, los cuales la acosaban constantemente.
Tanta fue la presión por ser mujer en su carrera científica que cuando estudió en la Universidad de Cambridge desarrolló el Síndrome del Impostor. Burnell cuando recibió su reciente premio explicó que este síndrome te hace sentir que “no te vales por ti mismo, tu autoestima esta disminuida y piensas que vas a fallar y que solo te han admitido por ser mujer”.
Sin embargo, quizá la mayor discriminación que recibió Burnell por ser una mujer científica en mundo exclusivo de hombres, fue su invisibilización al no ser nombrada ganadora del premio Nobel de Física en 1974, junto a Anthony Hewish, por el descubrimiento de las ondas electromagnéticas llamadas pulsares.
No la nombraron ganadora pese a que, con sus 24 años, realizó sola todo lo que se necesitaba para poder captar la radiación que le permitiría descubrir los pulsares. En un comienzo ella comunicó el descubrimiento a Hewish quien lo desestimó para posteriormente adjudicarse el descubrimiento.
La historia de Jocelyn Burnell ayuda a entender las grandes barreras de género que existen en todos los campos profesionales, incluso en las ciencias, los cuales deben eliminarse, exhortó Huerta.
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