Especialistas recomiendan no automedicarse con antiinflamatorios como la aspirina, ya que esta complica el funcionamiento del sistema inmunológico.
Si bien los síntomas del resfrío y de la gripe suelen ser los mismos, estas infecciones tienen sus diferencias. Las personas utilizan ambos términos como si fueran iguales, cometiendo el error de automedicarse con antibióticos o aspirinas. Existe un factor determinante: si uno de los síntomas es fiebre alta, no se trata de un resfrío, sino de una gripe.
El resfriado se da cuando la persona presenta estornudos y malestar general, pero a pesar de los síntomas la persona logra continuar con sus actividades diarias. En cambio, la gripe produce adicionalmente fiebre alta (a partir de 38°C) y dolor de garganta tal intensidad que el enfermo no puede mantenerse en pie.
Según el diccionario médico Medline, los síntomas comunes en la gripe son dolores en el cuerpo, escalofríos, mareos, cara sonrojada, dolor de cabeza, falta de energía, náuseas y vómitos. La infección se presenta solo una vez en varios años.
En cambio, el resfrío presenta principalmente congestión nasal, carraspera y estornudos, y además alguno de los síntomas mencionados en la gripe, pero en menor intensidad. “Una persona con un resfriado que estornuda y luego se lleva la mano a la nariz, contamina sus manos y eso puede contaminar también los objetos que toque”, el infectólogo César Cabezas.
Además, el especialista recomienda no automedicarse si no se reconoce a la infección y esta dura más de una semana. “No se debe tomar antinflamatorios como la aspirina, ya que interfieren con el funcionamiento del sistema inmunológico, que es quien combate a las infecciones. Tampoco se aconseja tomar corticoides (sustancias inyectables o en spray)”, agrega el infectólogo.
“La diferencia entre una y otra es el virus que los origina: el del resfriado común y el de la influenza. Ambos tienen un tiempo de duración de 3 o 4 días en promedio y luego el malestar disminuye”, advierte el médico internista Juan Carlos Benítez.
El resfrío y la gripe son enfermedades contagiosas y comunes que no deben ser tomadas a la ligera. Se recomienda asistir a consulta y priorizar el descanso. La mayoría de tratamientos implican beber líquidos en abundancia y no automedicarse.
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