La autovaloración se aprende y se pueden corregir fallas de la crianza. Nuestra sociedad necesita mujeres independientes, con voz propia y consciente de sus derechos.
Vivir bien
Empoderamiento
Una mujer empoderada es independiente, tiene voz propia, es consciente de sus derechos, decide sobre su cuerpo y su sexualidad. A eso debemos apuntar como sociedad, aunque avanzamos muy lento.
Se cumple un año de la masiva convocatoria a la marcha Ni una menos, otra vez varones y mujeres saldrán a las calles para exigir la acción de la justicia y el fin de la violencia de género. ¿Qué más se necesita?
Sara Ramírez, politóloga de Promsex (Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos), opina que hace falta un cambio cultural "para no crecer con estereotipos que cosifican a las mujeres”.
Pero hay que empezar con un cambio individual, luchando incluso con algunas fallas en nuestra crianza. "Si no hemos sido valorados o reconocidos, se crece con ese déficit cuando somos adultos. Hay que aprender la autovaloración, desarrollando asertividad, es decir, aprender a manifestar lo que siento y quiero de manera equilibrada frente a los demás, es hacer respetar mis derechos sin atropellar a los demás", explica el terapeuta José Baldeón.
Vivir bien
Empoderamiento
Una mujer empoderada sabe decir que ‘no’ y pone límites, para lograrlo es importante que logre su autonomía en el plano económico y emocional. “Si no se ama y valora así misma, va a hacer fácilmente lo que otros le piden, va a buscar la aprobación de los demás. Deben empoderarse en sus propias convicciones”.
El entorno fuera de la familia también es clave. "Una sociedad que no valora a la mujer está invitando a que no se valoren así mismas y crecen con limitaciones...La sociedad debe brindar oportunidades para lograr autonomía e dependencia. Es un segundo sistema de pertenencia para el desarrollo de la personalidad",dice Baldeón.
En nuestro país todavía predomina la violencia sexual, aunque los abusos se han hecho más visibles y cada vez hay menos miedo a denunciar.
Según Pilar Puente, representante del movimiento civil Manuela Ramos, el cambio de mentalidad a nivel social requiere un trabajo en las escuelas, con la intervención de los padres. A eso apunta la inserción de la educación sexual integral en la currícula escolar, una instrucción que no solo aborda las relaciones sexuales y los métodos anticonceptivos. "Se trata de una herramienta fundamental, incluso para prevenir la violencia de género, para darles autonomía y empoderarlas con respecto a su cuerpo en las chicas y que además los chicos aprendan a respetar las decisiones de ellas".
La mujer además debe poder elegir sobre su propio beneficio, por ejemplo, en el ámbito de la salud. "La desigualdad de género y la discriminación perjudican directa e indirectamente a las niñas y a las mujeres a lo largo del ciclo de vida. El infanticidio femenino, la alimentación y la atención médica inadecuadas, el abuso físico, la mutilación genital, el sexo forzado y el parto prematuro son directamente responsables de la muerte de muchas mujeres en todo el mundo", advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Comparte esta noticia