Imitación, adaptación y complejo de inferioridad están relacionados al hecho de adoptar un dejo extranjero o de alguna otra ciudad o región.
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Lenguaje
No necesitas ver el DNI de esa persona para darte cuenta de que tienes en frente a un compatriota, pero te inquieta e incomoda que al escucharlo hablar oigas un acento que evidentemente no es igual al tuyo. ¿Acaso es alienación?
Imitación, adaptación y complejo de inferioridad están relacionados al hecho de adoptar un dejo extranjero o de alguna otra ciudad o región.
¿Cómo adoptamos un acento?
Nuestro cerebro desde los 6 meses de edad guarda un "mapa de sonidos", los cuales se fortalecen en base a la repetición, y si llegado un momento el acento nativo se pierde, tenemos la capacidad de volver a recuperarlo, señala Patricia Kuhl, directora del Centro para la Mente, el Cerebro y el Aprendizaje de la Universidad de Washington, según recoge Medical Daily.
El psiquiatra peruano Humberto Castillo explica que incluso existe una suerte de "neuronas espejo" a través de los cuales copiamos sonidos, gestos, movimientos y actitudes. Hasta aquí una explicación biológica.
Pero el adoptar acentos foráneos y dejar atrás nuestro acento nativo también tiene un trasfondo psicológico y emocional. "El mimetizarse tiene que ver con lograr la aceptación de los otros, para sentirnos como miembros de una misma comunidad. Las personas por la necesidad de ser asimiladas por algunos grupos sociales, adoptan modos y formas para tener una mayor aceptación".
Un estudio publicado en Phsychological Science determinó que imitar el acento de gente con la que estamos compartiendo o conviviendo, ayuda a un mayor acercamiento y comprensión.
Socialmente más prestigioso
Las poblaciones también manejan dejos y entonaciones al hablar, por un sentido de pertenencia, algo que los identifica y distingue de otros.
De acuerdo al psiquiatra Humberto Castillo, el acento nativo se recupera muy rápido, tan pronto se vuelve a estar en contacto con el lugar de origen. El profesor de psiquiatría y bloguero en The Washington Post Keith Humphreys, va más allá, señala que su acento nativo reaparece incluso cuando habla por teléfono o cuando practica en voz alta una conferencia que será dirigida a sus paisanos en el sudoeste de Virginia.
Pero, ¿por qué algunas personas retienen el dejo foráneo?
"Algunos no dejan que se vuelva a activar el acento nativo, porque intencionalmente tratan de mantener el otro acento, sobre todo si este último proviene de culturas o grupos sociales de mayor jerarquía, prestigio o poder", explica Castillo.
Es decir, hay quienes con una "intencionalidad estratégica" mantienen el acento extranjero, porque se sienten inseguros de su grupo social. Eso explicaría por qué, algunos peruanos retornan al país, pero siguen con el acento argentino, español, americano u otros.
También ocurre lo contrario. Por ejemplo, está el estadounidense que pese a estar establecido más de una década en el Perú, sigue teniendo el dejo nativo, ¿cuál es la razón?
"Las personas que provienen de grupos o culturas reconocidas como superiores, no cambian de dejo, sienten que tienen cierta ventaja o son reconocidos como diferente superior, no diferente inferior. De lo contrario, harían el mayor esfuerzo para mimetizarse. Ellos hacen el esfuerzo para seguir manteniendo la diferencia, son criterios de distinción", concluye Castillo.
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