El beber activa partes del cerebro que hacen que nuestros recuerdos malos se afiancen.
“Porque vos se nota que no me querés y yo me dedico al alcohol”, dice la primera línea de Una cerveza, canción que se convirtió en un éxito musical en 2016. Beber para olvidar se ha convertido en una frase típica, pero ¿qué tan cierta es? Un estudio publicado en la revista Translational Psychiatry explica que la ingesta de alcohol afianza los recuerdos malos.
Es decir, si quiere beber “una cerveza y así olvidar” como canta Ráfaga, esa no sería la mejor manera de borrar de la memoria las cosas malas. Investigadores de la Universidad John Hopkins de Baltimore afirman que el alcohol mantiene la sensación de miedo.
Estudio. Las deducciones fueron obtenidas tras un trabajo de laboratorio con ratones. Los animales analizados fueron divididos en dos grupos a los que se les dio de beber agua y alcohol, respectivamente, durante dos horas.
Al término del plazo de tiempo, los roedores alcoholizados se mostraron más temerosos a un sonido (seguido por una descarga eléctrica) que los que tomaron agua.
Para no olvidar. En un estudio del Centro de Investigación de Alcohol y Adicción Waggoner de la Universidad de Texas resaltó que el alcohol funciona directamente sobre el neurotransmisor llamado glutamato, lo que produce que uno recuerde las cosas mucho más fácilmente, ya que activa algunas zonas relacionadas al aprendizaje y la memoria. La investigación expone que entre el 60% y 80% de las personas afectadas con algún tipo de trauma psicológico consumen alcohol.
Un artículo publicado en The Journal of Neuroscience explica que “el alcohol disminuye nuestra habilidad de conservar algunas piezas de información, pero que nuestro subconsciente aprende y recuerda”. La ciencia lo ha dicho: beber para olvidar no es posible.
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