El hierro se encuentra naturalmente presente en los alimentos de origen animal y vegetal. Es importante aprender a identificarlos para consumirlos correctamente.
Perú venía logrando la disminución de niveles de anemia infantil con éxito y según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), para el 2019, se redujo en 3.4% a nivel nacional. Sin embargo, la pandemia ha afectado la salud y la economía de muchas familias, y los más pequeños se han visto expuestos a la falta de alimentos nutritivos y atención sanitaria.
De acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa), la anemia, entre los niños y niñas peruanas, puede iniciarse en la etapa de mayor velocidad de crecimiento y diferenciación de células cerebrales, que se da en la gestación y los primeros 24 meses de vida. Estas etapas son de elevadas necesidades nutricionales para el crecimiento del feto y del niño pequeño, y esta enfermedad se produce principalmente por una dieta pobre en hierro, un mineral necesario para el óptimo desarrollo físico y cognitivo.
Además, una anemia sin tratamiento puede causar trastornos en el desarrollo neurológico, en el aprendizaje y afectar el sistema inmunológico por lo que se está en mayor riesgo de contraer alguna enfermedad infecciosa con más frecuencia.
Este problema se puede prevenir mediante modificaciones en la dieta, conociendo mejor nuestros alimentos y la correcta manera de consumirlos. Por ello, el Ministerio de Salud recomienda que los padres y madres incrementen el consumo de alimentos ricos en hierro, así como suplementos de este nutriente esencial para prevenir la anemia infantil en tiempos de pandemia.
El hierro en la alimentación de los más pequeños
Una dieta nutritiva y variada es un factor importante en la prevención de la anemia, ya que todos los alimentos son absorbidos e incorporados a nuestro organismo a través de la asimilación de nutrientes.
El hierro se encuentra naturalmente presente en los alimentos y se puede obtener las cantidades recomendadas de hierro mediante el consumo de carnes magras, pescados, vísceras, cereales para el desayuno y panes fortificados con hierro, frijoles, lentejas, espinaca y algunos frutos secos. Por esta razón, es importante separar a los alimentos según su origen (animal y vegetal) para consumirlos correctamente.
La función más importante del hierro es la prevención de la anemia y los problemas que esta causa. En nuestra alimentación diaria podemos encontrar el hierro en los alimentos en dos formas: “hierro hemo” y “hierro no hemo”.
Hierro hemo: Se puede encontrar exclusivamente en alimentos de origen animal como las carnes rojas, el pescado de carne oscura, el hígado, la sangrecita y el bazo. Estos presentan altos niveles de hierro y su absorción de nutrientes no necesita de otros potenciadores.
El Ministerio de Salud (Minsa), recomienda que las mujeres gestantes incorporen cinco cucharadas de estos alimentos ferrosos en su comida diaria y, en los niños a partir de los 6 meses de edad, agregarle dos cucharadas.
Hierro no hemo: Se encuentra presente en alimentos como los vegetales, cereales y las legumbres. Su absorción es más difícil y necesita de alimentos fuentes de Vitamina C (como el limón o la naranja) para mejorarla. Por ejemplo, se puede combinar un plato de lentejas con ensalada de tomate y limón y un refresco de camu camu.
Asimismo, se recomienda no darles mates a los niños para acompañar los alimentos, puesto a que inhiben la absorción del hierro.
La cantidad de hierro que se debería consumir diariamente varía según la edad, el sexo y la decisión del tipo de dieta que se va a consumir. Según el National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos, estas son las cantidades promedio de hierro que deberían ingerir los menores, aunque es necesario doblar los números si se consume una dieta estrictamente vegetal:
Etapa de la Vida | Cantidad recomendada |
Bebés hasta los 6 meses de edad | 0.27 mg |
Bebés de 7 a 12 meses de edad | 11 mg |
Niños de 1 a 3 años de edad | 7 mg |
Niños de 4 a 8 años de edad | 10 mg |
Niños de 9 a 13 años de edad | 8 mg |
Por otro lado, en caso de ya presentar un diagnóstico de anemia, el médico podrá añadir a la dieta una suplementación nutricional a través de la administración de jarabes, cápsulas o tabletas. Este suplemento de hierro es importante para asegurar o reponer las reservas de hierro, pero debe ser brindado por un profesional pediátrico.
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