Respirar aire puro en Beijing, la capital China, y otras ciudades de país asiático es cada vez más difícil.
Donde unos ven un grave problema para la salud y el medio ambiente, otros ven una oportunidad de negocio, y así es como la contaminación atmosférica de Pekín y otras ciudades chinas han abierto un lucrativo mercado: el de respirar aire limpio.
Desde las convencionales mascarillas o purificadores de aire hasta ofertas más pintorescas como la de vender latas de aire puro, el abanico de opciones para mitigar los efectos de la contaminación se está ampliando en un sector en pleno apogeo.
Las mascarillas faciales se han convertido en un icono de la lucha diaria contra la contaminación de quienes residen en la potencia asiática, aunque otro producto resulta más rentable. Se trata del purificador de aire, un aparato diseñado para espacios cerrados que limpia el aire de partículas contaminantes.
Las ventas de purificadores de aire en China ascenderán al término del 2015 a 6,77 millones de unidades, y generarán unos ingresos de 15.350 millones de yuanes (2.400 millones de dólares), según las estimaciones de Askci, una empresa local de estudios del consumo.
Daxue Thibaud Andre, analista de la consultora, considera que es un momento "crucial" para entrar en este mercado y posicionar una marca. "El Gobierno ahora informa con menos filtros sobre el asunto de la contaminación, algo que es nuevo y que podemos esperar que incremente enormemente la concientización de los consumidores sobre los purificadores de aire", asegura Andre.
Cada vez más empresas se deciden a fabricar purificadores, incluso las especializadas en productos que en principio tienen poco o nada que ver con la contaminación.
La compañía china Xiaomi, conocida por sus smartphones, sorprendió el año pasado al poner a la venta un purificador de aire, meses después diseñó uno de agua y el pasado 24 de noviembre, una nueva versión del purificador de aire.
Como el lanzamiento de su último modelo de purificador coincidió con una densa capa de smog en el norte de China, Xiaomi agotó sus unidades (que se vendían a 699 yuanes, alrededor de 110 dólares) en menos de una semana.
Los purificadores de aire son ya el segundo tipo de electrodoméstico más demandado en el gigante asiático, solo por detrás de los exprimidores, reveló una encuesta elaborada por la empresa de análisis de tendencias de consumo CNRS-TGI.
En todo caso, no son el único aparato relacionado con la contaminación que está generando negocio.
Medidores de contaminación
Origins, una empresa fundada en enero del año pasado en Beijing, vende a 360 yuanes (poco más de 55 dólares) un dispositivo que mide el nivel de contaminación y que ha conseguido popularidad suficiente como para terminar su stock.
"Cuando se declaró la primera alerta roja (la semana pasada) no podíamos esperar que habría tanta demanda, por eso nos hemos quedado sin unidades y hasta el mes que viene no podremos atender las peticiones que nos lleguen", señala Jessica Lam, cofundadora de la empresa.
Lam explica que el consumo de este tipo de productos es muy volátil y que puede cambiar según sople el viento y se lleve, o no, la contaminación.
El sector de los dispositivos para mitigar los efectos de la contaminación ha crecido mucho, por lo que Andre, de la consultora Daxue, anticipa una intensificación en la competencia.
"En términos de competencia, el mercado va a ser extremadamente feroz. En el 2000 había alrededor de un centenar de firmas fabricando ese equipamiento. Hoy, la industria china cuenta con más de 3.000 marcas", apunta el analista.
También existen ideas innovadoras, como la de la empresa canadiense, Vitality Air, que decidió enlatar aire puro de las Montañas Rocosas y venderlo en China.
EFE
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