Una constelación alrededor de la Luna permitirá reducir el coste de las misiones como Artemisa gracias a los satélites de navegación y de comunicaciones.
Europa quiere lanzar una constelación de satélites alrededor de la Luna y posicionarse como un actor ineludible en el mercado, previendo que, con las futuras misiones lunares, las necesidades de navegación y de comunicaciones crezcan enormemente.
La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció este jueves que encomendó a dos consorcios industriales que estudien si sería factible colocar en la órbita lunar una constelación de entre tres y cinco satélites hacia 2028.
¿Para qué?
Hasta el final de la década, se han previsto más de una veintena de misiones en torno a la Luna o en la propia Luna, incluyendo las misiones estadounidenses Artemisa, destinadas a enviar de nuevo a astronautas al satélite de la Tierra.
"Para todas esas misiones, se necesita conectividad y navegación", explicó Elodie Viau, directora de la sección de la ESA que se encarga de las telecomunicaciones y de las aplicaciones integradas.
Una constelación alrededor de la Luna "permitirá reducir el coste de esas misiones, no necesitarán embarcar sistemas muy complejos de navegación y de comunicaciones" y podrían llevarse, en su lugar, otras herramientas, indicó.
Los satélites podrán servir de relé para las comunicaciones y los intercambios de datos con la Tierra y aumentarán la precisión de la navegación, como hacen el GPS o Galileo en la Tierra.
En la actualidad, la precisión del posicionamiento en la Luna oscila entre los 500 metros y los 5 kilómetros, pero con esta constelación, sería de entre 30 y 100 metros, según Paul Verhoef, director de navegación en la ESA.
"Queremos desarrollar la economía lunar, ir a la Luna de forma más duradera, lo que queríamos es que Europa tome el liderazgo", afirmó Elodie Viau, que ve en el proyecto la posibilidad de "desarrollar un servicio comercial".
La ESA, que también participa en la construcción de módulos de vivienda y de comunicaciones de la futura miniestación espacial estadounidense Lunar Gateway, pretende además posicionarse ante la NASA para que un astronauta europeo participe en una futura misión lunar.
Los dos consorcios que recibieron el encargo de la ESA compiten entre sí.
El primero está dirigido por el británico SSTL e incluye a Airbus, los operadores de satélites SES y Kongsberg y la agencia espacial británica.
El segundo está dirigido por Telespazio, y en él participan Thales Alenia Space, Inmarsat, Hispasat y OHB y la agencia espacial italiana como socios.
Tras 18 meses de estudio, la ESA quiere proponer a sus Estados miembros, a finales de 2022, que financien la constelación, cuyo coste se estima en "algunos centenares de millones de euros", según Viau. (AFP)
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